España se está haciendo adicta a una forma de escándalo pasiva y perezosa, ajena a la ética pública, desinteresada de la necesidad de mantener la higiene en la democracia que compartimos
Consentir el juego de la polarización es algo más que una jugada táctica arriesgada, implica envilecerse personalmente y operar contra el bien colectivo
Nadie tiene derecho a mostrarse sorprendido ni a decir "a mí me engañó". Y menos los dirigentes y militantes socialistas que todo lo justificaron arropándose en la falsa bandera del patriotismo de partido
Le creo capaz de cualquier fraude. Y creo que apretará el paso para someter a los medios de comunicación, a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado y al Poder Judicial
El sanchismo ha combatido los casos originales de posible corrupción generando una oleada de presuntas irregularidades que sólo ha servido para empeorarlo todo