Diana Moreno y Álvaro Bravo (PorCausa.org)

El cortijo mediático

Melilla cuenta con dos periódicos, cuatro radios y dos televisiones locales, una de ellas, pública. Una estructura mediática totalmente anómala para una ciudad de 85.000 habitantes, que se sostiene regada con dinero del Gobierno autónomo. Sin contar con los tres millones de euros anuales que cuesta el canal público (45 trabajadores), el Gobierno de la ciudad autónoma destina más de 2,5 millones de euros al año en concepto de publicidad institucional. Podría pensarse que los ciudadanos de Melilla son los mejor informados del país. La realidad es bien distinta: hay revistas secuestradas, el reparto de publicidad institucional funciona ‘a dedo’, las voces críticas escasean y el presidente Imbroda es omnipresente en la mayoría de portadas.

La última cifra anual del gasto en publicidad institucional (2017) asciende a 2.159.633 euros. El portal de transparencia no facilita datos posteriores al primer cuatrimestre del año citado, y esa información no era accesible hasta 2015, a pesar de lo que estipula la ley. Eduardo de Castro, número uno de Ciudadanos Melilla, explica que el reparto de subvenciones se realiza a través de módulos de inserción de publicidad: “Es decir, a dedo, se supone que con contratos menores. Hemos pedido que nos informen y no hay forma”.

Bufete Imbroda Abogados comparte edificio con Prisa

El gobierno dedica casi 6 millones de euros en la TV pública y la publicidad institucional

En medio de esta opacidad, el medio de comunicación que más dinero recibió en el primer cuatrimestre de 2017 por parte de la Consejería de Presidencia y Participación Ciudadana fue el periódico ‘Melilla Hoy’, con 79.383 euros, seguido por ‘El Faro de Melilla’, con 69.904 euros, y finalmente, en un tercer puesto, la cadena Popular TV, con 55.577 euros. “La comunidad autónoma se gasta seis millones de euros cada año en tener, o disfrutar, de un corralito informativo”, opina Julio Liarte, ex director de Fondos Europeos y exdiputado de Populares por la Libertad. “De ellos, la mitad son para una televisión pública [TV Melilla] y la otra mitad se destina a medios privados elegidos a dedo”.

Lagunas en la ley de comunicación institucional

La opacidad en la contratación pública de medios ha sido la norma general en Melilla en los 20 años de gestión de Imbroda, así como el uso de la información para destacar los logros del Gobierno, algo contrario a la ley que regula la comunicación institucional. En 2015, Julio Liarte denunció al presidente en el Juzgado Número 3 de Melilla por malversación de fondos públicos y prevaricación a fin de esclarecer cómo se dividía la publicidad institucional. Este tribunal señaló que Imbroda decidía qué medio debía recibir fondos públicos, sin tener en cuenta las audiencias. Como el presidente de la Asamblea de Melilla es además senador, cuenta con aforo, por lo que fue necesario elevar la causa hasta el Tribunal Supremo. De acuerdo con la Fiscalía, el alto tribunal dictó que los “hechos estudiados no constituyen un indicio penal alguno” y que hay dudas en la aplicación de la ley reguladora de la publicidad institucional.

“Los medios están controlados por Imbroda: solo hay que abrir los diarios ‘Melilla Hoy’ y ‘El Faro”

Redacción del periódico Melilla Hoy

Este ecosistema, denuncian las voces críticas, hace peligrar la pluralidad informativa. Eduardo de Castro cree que ni siquiera existe. “Los medios están controlados por Imbroda: solo hay que abrir los diarios ‘Melilla Hoy’ y ‘El Faro”. Gema Aguilar, secretaria general de Podemos Melilla, lo ve de manera similar: “Como los medios melillenses dependen de las subvenciones, las noticias que abren telediarios son declaraciones del Gobierno, mientras que el resto de partidos estamos relegados a un segundo plano”. Un ejemplo de esta falta de voces críticas lo encontramos en el tratamiento de la operación Tosca: en ‘El Faro de Melilla’ no apareció ninguna de las 4.000 páginas de los autos policiales, pero sí las versiones del ejecutivo. Con titulares como “Imbroda dice que no hay nada importante en los últimos datos publicados sobre Tosca” o ”El portavoz del Gobierno cuenta que le parece lógica la archivación de Tosca”.

Principales figuras mediáticas y vínculos con el Gobierno

Una de las figuras más importantes en el panorama mediático melillense es Enrique Bohórquez López-Dóriga, quien preside el grupo que edita el medio más beneficiado por las subvenciones, el periódico ‘Melilla Hoy’. Bohórquez, hermano de Javier Bohórquez López-Dóriga —uno de los militares que firmaron el manifiesto contra la exhumación de Franco— ha mostrado simpatías con Vox y su medio se caracteriza por una línea editorial afín a quien gobierne, incluso con portadas xenófobas. Dentro del clima de nepotismo habitual en la ciudad, los hijos de Bohórquez —Enrique Javier y Ana María Bohórquez— trabajan en el medio como apoderados, así como los hermanos de María del Pilar Calderay Rodríguez, Directora General de Función Pública. A partir de agosto de 2018, es su hijo Enrique Javier Bohórquez quien ejerce como administrador de Prensa Melilla SL, y Enrique Bohórquez ha manifestado a este medio que él mismo ya no forma parte de la plantilla del periódico.

Sede de El Faro Melilla

‘La Luz de Melilla’, uno de los pocos medios crítico, echó el cierre en 2017

En ‘El Faro de Melilla’, encontramos dos figuras próximas al poder. Rafael Montero, director del diario, que entregó en 2011 la insignia de oro a Imbroda en una gala que reunía a representantes del Gobierno local, empresarios, militares y periodistas en el Hotel Tryp Melilla Puerto. Y Salomón Sefarti, su administrador y, además, abogado del mismo bufete que Blas Jesús Imbroda, hermano del presidente.

Periodístas críticos bajo presión

Junto a los medios beneficiados, se encuentran algunos bajo constante riesgo de cierre debido a la falta de ingresos. En la exposición razonada de la denuncia a Imbroda, se señala que los medios locales que no reciben fondos públicos son, precisamente, aquellos con los que el presidente “tiene una notoria y pública animadversión”, como los medios del Grupo Cablemel. En este se encuentra ‘La Luz de Melilla’, medio crítico que echó el cierre en 2017, del cual el presidente se refirió como “tabloide” y del que rompió tres portadas en mitad de un pleno.

Juan José Imbroda rompe tres portadas de La Luz de Melilla

Pero cortar la principal vía de ingresos no siempre es suficiente. En 2015, el periodista Javier García Angosto, quien denunció las adjudicaciones a dedo de la CAM de unos locales en la playa, recibió una paliza por parte del empresario Juan Carlos García, hijo de Juan Carlos García Téllez (secretario ejecutivo del PP y dueño de Discotecas Melilla SA) y además beneficiario de uno de esos contratos. El agresor de Angosto sostuvo que únicamente le dio “dos cates por mentir sobre su padre” en la puerta de su vivienda, a pesar del juicio rápido posterior y la condena del Sindicato de Periodistas de Andalucía por ser un ataque a la libertad de prensa. No era la primera agresión que sufría el periodista, quien anteriormente había sido golpeado por Alejandro Alcoba, hijastro de Imbroda, también por sus publicaciones críticas.

Otra periodista que sufrió presiones es Blanca Santos, de Cablemel Televisión. Santos recibió dos llamadas de Juan José Imbroda después de presentar una noticia en la que se daba voz a los partidos de la oposición: “Te llamaba a ti personalmente, y no al medio en el que trabajabas, como culpable del supuesto delito de publicar las declaraciones de un contrincante político”. El resultado, según la comunicadora melillense, es que los propios periodistas caen en la autocensura para no incomodar al poder local, que tan estrecha relación tiene con los empresarios dueños de los medios de comunicación.

Los propios periodistas caen en la autocensura para no incomodar al poder local

Julio Liarte lo confirma con una anécdota: “Recuerdo a un periodista en una rueda de prensa que estaba con los brazos cruzados. Cuando terminé, ya a solas, le pregunté la razón. Me dijo que para qué se iba a molestar en escribir si luego no se iba a publicar nada, puesto que estaba denunciando algo del Gobierno”. José Manuel Ventura, hoy director de Onda Cero Melilla, protagonizó una anécdota similar cuando presenció un pleno en el que Imbroda se fue dando un portazo: el dueño de la radio, Juan Remartínez, le abrió un expediente de sueldo y empleo durante seis días por contar la anécdota.

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