Irene Quirante y José Bautista (PorCausa.org)

La Purísima: la pesadilla de ser menor y extranjero en Melilla

“Ese hombre es un demonio”. A Samir*, de 13 años, se le escapa una risa sarcástica cuando le preguntan por uno de los trabajadores más veteranos del centro de menores extranjeros no acompañados Fuerte de la Purísima, donde reside. Su nombre es común cuando explican por qué reniegan de este centro.

El hacinamiento, la falta de camas, las escasas raciones de comida o las duchas de agua fría son algunos de los motivos por los que muchos niños dicen preferir vivir en la calle, como recoge la asociación Harraga en uno de sus informes.

Hacinamiento, falta de camas, raciones de comida escasas y duchas de agua fría

Abdellah* tenía 15 años cuando denunció ante la policía local que era maltratado “de forma continuada” y “sin motivos” por ese mismo trabajador. Según expuso el joven en 2015, además de recibir golpes e insultos, un a mañana despertó al darse cuenta de que le estaba cortando el pelo. El caso fue archivado por falta de pruebas.

El menor también aseguró a los policías que este trabajador pedía en torno a 150 euros a extranjeros mayores de edad para hacerlos pasar por menores. Así podían acceder al centro y evitar ser devueltos a Marruecos, como ha sucedido en ocasiones anteriores.

“No nos dejaba ducharnos cuando volvíamos del puerto, nos trataba como a perros”, cuenta sobre el mismo trabajador Simo*, otro joven al que todavía le duele cuando recuerda los dos guantazos y el palo con el que habría sido golpeado en una mano después de una cena. “Esa noche yo quería ducharme y no me dejaba, así que le reproché que nos tratase tan mal a los de Fez. Entonces me pegó y empezó a insultar a mi madre”.

Joven sentado sobre el tejado del centro de menores de La Purísima de Melilla

El centro acumula decenas de denuncias sin que nadie haga nada

En las casi dos décadas que lleva funcionando La Purísima como centro de menores —antes fue un cuartel militar— ha ido coleccionando denuncias contra sus trabajadores, aunque la gran mayoría de las acusaciones se dirigen hacia el mismo. “Puede que yo sea un poquito más duro y estricto, pero nunca he pegado a ningún niño”, se defiende el trabajador. No obstante, no responde a ninguna de las preguntas realizadas por este medio. El presidente de la Asociación Pro Derechos de la Infancia (Prodein), José Palazón, mantiene que él mismo ha interpuesto “cientos de denuncias” contra la misma persona así como contra otros empleados de la plantilla, basadas en los testimonios de los menores. Todas han terminado sobreseídas, motivo por el que no se aporta en este artículo el nombre real del trabajador. “No hay interés en que haya condenas de tipo penal porque estamos hablando de menores extranjeros y lo que interesa es que no estén en Melilla; si fueran nacionales, la cosa sería muy distinta”, señala el activista. El abogado del centro, Antonio Zapata, rehúsa hacer declaraciones al respecto, al igual que el Gobierno de Melilla.

Fuentes próximas a La Purísima aseguran que la empresa Arquisocial SL, responsable de la gestión del centro, habría apartado a este trabajador de las funciones en las que tenía contacto con los niños acogidos. La empresa, sin embargo, explica que no les consta “ninguna limitación o restricción para el desempeño de sus funciones”. Durante años, esta persona ha sido la encargada de mantener el contacto con el Ministerio de Justicia, Fiscalía y Policía, además de acompañar a los chicos cuando tenían que someterse a la prueba de la determinación de la edad, como él mismo ha reconocido cuando ha tenido que comparecer ante la Justicia.

Varios menores han sido objetivo de pedófilos de la zona

Valla de Melilla cerca de La Purísima

La falta de pruebas, los cambios de versión en el juzgado y la imposibilidad de localizar a las víctimas años después de la denuncia son algunos de los factores que están detrás de las absoluciones y los archivos, como explican fuentes judiciales. El Juzgado de lo Penal número 1 de Melilla, por ejemplo, absolvió recientemente a dos trabajadores de La Purísima acusados de golpear a un menor mientras permanecía en el suelo. La prueba principal, que era la declaración de la víctima, no pudo llegar a practicarse porque el chico se encontraba ilocalizable. Además, varios menores aseguran que las agresiones tienen lugar en puntos ciegos de la videovigilancia, como la cocina o entre vehículos aparcados dentro del recinto, por lo que tampoco queda constancia en las grabaciones.

Los menores que residen en La Purísima también son objetivo habitual de pedófilos en Melilla. En febrero de este año, la Audiencia Provincial de Málaga, con sede en la ciudad autónoma, condenó a un hombre a 12 años y medio de prisión como autor de un delito continuado de abusos sexuales y otros cuatro de corrupción a menores. Según detalla la sentencia, contactó en distintos lugares de Melilla con jóvenes mayores de 16 años y menores de 18, todos ellos de nacionalidad marroquí, sin familia en esta ciudad y acogidos en el centro de menores la Purísima. El hombre solía invitar a los chicos a subir a su vehículo con la excusa de ir a una zona a consumir hachís y alcohol, y luego trataba de tener relaciones sexuales con ellos.

En marzo del año pasado, otro hombre ingresó en prisión de forma provisional como presunto autor de un delito de abusos a menores. Tras la denuncia, otros menores de La Purísima lo identificaron, señalando que les había hecho proposiciones sexuales similares.

El centro de menores de La Purísima era antes un cuartel

El negocio de los menores extranjeros no acompañados

Los problemas de La Purísima contrastan con el dinámico negocio detrás de su gestión, adjudicado a la empresa zaragozana Arquisocial a través de varios contratos que se prorrogan de manera ininterrumpida desde 2006. El último data de principios de 2018, con una duración de dos años y un valor de 4,9 millones anuales, lo que supone 1,8 millones más que en el contrato anterior. La razón, asegura la empresa, es el “elevadísimo incremento del número de menores”. Además de ese importe, Arquisocial percibe un complemento de 13,88 euros diarios por cada uno de los 660 niños y adolescentes que residen en La Purísima, aunque solo tiene capacidad para 350 personas. No ha tenido ningún competidor en los sucesivos concursos públicos al menos desde 2014.

Arquisocial recibió 4,9 millones de euros por gestionar La Purísima

Sin embargo, Arquisocial no es la única que obtiene dinero público por su trabajo en el centro de ‘menas’. Entre los beneficiados, también hay familiares del actual Gobierno, entre ellos Lino Ferrer, marido de la vicepresidenta Paz Velázquez, quien ha impartido talleres a pesar de no tener cualificación. La empresa no explica el motivo de su contratación. También han obtenido contratos Mimun Mohamed, empresario investigado por la supuesta compra de votos a favor del PP, y varias compañías investigadas en las llamadas operaciones Ópera y Tosca, los mayores operativos anticorrupción de la historia de Melilla. Una de ellas es Instalaciones Eléctricas Melilla, que entre 2015 y 2018 recibió al menos una decena de contratos menores (sin concurso público) que suman más de 66.000 euros, así como Lazaro’s Instalaciones, investigada por supuesto amaño de concursos, y que en ese periodo obtuvo al menos tres contratos a dedo que suman más de 60.000 euros. El Gobierno de Melilla ha adjudicado a esta última empresa contratos por tareas que, según los pliegos, ya están a cargo de Arquisocial, como el mantenimiento del sistema de climatización. De manera similar, otros gastos que debe asumir Arquisocial están siendo sufragados con dinero público, como los relativos a prevención de incendios y de plagas.

Inscripción de "Todo por la patria" en el centro de menores de La Purísima

Según varios testimonios, no se están cumpliendo los pliegos en materia de personal

Los pliegos que rigen la gestión de La Purísima dibujan un escenario ideal para cualquier niño o adolescente en situación de vulnerabilidad: contemplan una plantilla de 113 profesionales, incluyendo psicólogos, trabajadores sociales o educadores. Además, estipulan la necesidad de integrar al menor y suministrarle una cama individual, cinco comidas diarias y un entorno limpio. Los testimonios recabados señalan que estos puntos no se estarían cumpliendo. Por ejemplo, diversos informes técnicos, informaciones publicadas en los últimos años y fuentes cercanas al centro señalan que no todo el personal dispone de un título acorde a su labor.

Este medio también ha podido comprobar cómo hay niños que, tras recibir alta hospitalaria, realizan el camino de casi una hora hasta La Purísima por su propio pie, aunque tengan lesiones o fracturas. El centro dispone de una flota de al menos cinco vehículos supuestamente adquiridos para este fin, como anuncia el consejero de Bienestar Social cada vez que compran nuevos coches.

Pero entre todas las irregularidades, quizá la más simbólica sea la gran tubería que vierte aguas fecales las 24 horas, y que, junto a la entrada, da la bienvenida a los menores, tal y como ha constatado el defensor de pueblo. Este hecho facilita la aparición de plagas de insectos, especialmente en verano, y confiere al lugar un característico hedor que sería inadmisible en cualquier otro espacio para niños y adolescentes.

* Los nombres de los menores y jóvenes son ficticios para proteger su identidad

** El Ejecutivo de Juan José Imbroda no contestó a las cuestiones enviadas por este medio

Vertido de aguas fecales a la entrada principal del centro de menores de La Purísima

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