Del muesli a los zumos naturales. 10 comidas saludables que deberías evitar
Ciertos alimentos llevan la etiqueta de sanos y se piensa que su consumo conlleva, automáticamente, un beneficio para nuestra salud. La realidad es más compleja y tras ciertos productos
Cuando se exprimen las frutas y las verduras frescas se elimina la fibra, el ingrediente fundamental que rebaja el apetito hasta el momento de la comida. Lo que sí se queda, por el contrario, es el azúcar. Según un estudio publicado en la revista ‘Diabetes and Endocrinology’, los consumidores frecuentes de zumos eran más propensos a desarrollar enfermedades como la diabetes tipo 2, problemas cardiovasculares y obesidad.
Si eres celíaco las comidas carentes de gluten son un bote salvavidas. Para el resto de mortales son un desembolso absurdo y en algunos casos pueden ser hasta perjudiciales. El prejuicio se debe a que se cree que los “alimentos sin gluten” son sinónimo de “productos sin carbohidratos”. Muchos alimentos que llevan esta etiqueta como el pan, la pasta, la pizza o las galletas pueden estar cargados de conservantes que remplazan al gluten. Las dietas sin este componente no están tampoco ligadas a una pérdida de peso. Por último, muchos de estos productos carecen de la fibra que posee el trigo.
Los sustitutivos de la leche llevan años de moda y entre ellos las bebidas de almendra y de arroz gozan de una gran popularidad. El primero, sin embargo, no tiene casi nutrientes, y un vaso no suele contener más de un 2% de almendras. Respecto al arroz, tal y como publicamos en un artículo reciente, esta bebida suele contener altos niveles de arsénico, superando a veces las cantidades que legalmente se permiten en el agua potable.
En algunos lugares, la calidad del agua corriente es tan baja que no es apta para el consumo. Sin embargo, cuando no existen restricciones, el líquido elemento que sale del grifo no es ni menos limpio ni menos sano que la mayoría de aguas que se venden en botellas de plástico. Como informa la agencia 'Sinc' tras estudiar el agua embotellada de 32 marcas se encontró en ella hasta 100 veces más cantidad de polonio radiactivo que la del grifo. Por otro lado, los envases de plástico están confeccionados con sustancias nocivas, como el bisfenol A, que se pueden desprender y filtrar en la bebida.
Durante muchos años se ha vendido este producto como ideal para deportistas. Sin embargo, te recomendamos que te fijes en la cantidad de hidratos de carbono que figuran en los valores nutricionales de las etiquetas. Lo cierto es que la mayor parte de los componentes del muesli no son saludables. En realidad suelen ser alimentos ricos en azúcares y una sola taza puede contener hasta 600 kilocalorías.
Su distintivo color rosa se debe al óxido de hierro presente en los granos. El producto contiene también pequeñas cantidades de calcio, potasio y magnesio, ¿pero vale lo que cuesta? El nutricionista Andy Bellatti, cofundador de la Dietitians for Professional Integrity, asegura: “El tono rosa proviene de los minerales, pero el contenido está próximo a cero. ¡Nadie debería buscar minerales en cosas como el azúcar o la sal! Solo porque es sal del Himalaya, no se debe utilizar más cantidad o pensar que no tiene los mismos efectos que otras sales. Hay que meterse en la cabeza que es solo y exclusivamente sal”.
Se trata de una bebida muy de moda entre los famosos. Se extrae de de cocos que no están aún maduros y no debe ser confundida con la leche que se obtiene de ellos. Es, efectivamente, una importante fuente de potasio, pero por lo que respecta a otros nutrientes, sus beneficios para nuestro organismo no superan a los de un vaso de agua corriente.
Se ha destacado este alimento como poco calórico, en comparación con los frutos secos u otros snacks para picar. Se ha señalado también su capacidad para acabar con el apetito. La clave, sin embargo, se encuentra en los ingredientes que las acompañan, ya que algunas marcas las cargan con aceites y sal que no las hacen más saludables que unas patatas de bolsa.
Las diferencias nutricionales entre la pasta de colores y la pasta común son insignificantes, señala Emily Rubin, dietista del Thomas Jefferson University Hospital de Filadelfia.
Se venden como ligeras y son un cliché por lo que respecta a los snacks saludables. Sin embargo, en muchos casos la cantidad de fibra que poseen es insignificante, tienen altas dosis de sal y pueden estar cargadas de saborizantes artificiales.
Ciertos alimentos llevan la etiqueta de sanos y se piensa que su consumo conlleva, automáticamente, un beneficio para nuestra salud.
La realidad es más compleja y tras ciertos productos que prejuzgamos como buenos, se ocultan comidas cargadas de nutrientes indeseados o carentes de las propiedades que normalmente se les atribuyen.
¿Cuáles de ellos son tan contraproducentes que hasta los nutricionistas los desaconsejan? Te presentamos diez que quizás deberías sacar de la lista de la compra.
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