Bienvenidos al enigmático mundo de Zdenek Tusek (República Checa, 1979). El fotógrafo checo, afincado en España desde 2005, vuelve a sacar de paseo a sus criaturas en una nueva exposición, De insomnios y migrañas, que se puede ver en La Factoría de Papel (Madrid) hasta el 29 de septiembre.

Sus criaturas, sí, porque Tusek construye extrañas esculturas animalizadas que cobran vida luego en sus oníricas fotografías. En su nueva seria “predomina el autorretrato y el análisis de los miedos inconscientes”, explica Susana Blas, comisaria de la muestra.

“Destacaría dos grandes asuntos que resuenan en esta exposición: el primero es la reflexión/tensión que conserva, de un modo inconsciente, con la fotografía checa, y dentro de ella, con determinados referentes: Sudek, Saudek, Styrský, Pinkava, Koudelka, Svankmajer, y en segundo término: la conflictiva relación que mantiene con su condición de extranjero, un sentimiento/motivación del que no puede escapar, como tampoco de esa infancia intocable y perdida que vivió en su Chequia natal”, escribe Blas.

Las fotografías de Tusek, en efecto, parecen escenas robadas durante unos de esos sueños infantiles en los que extrañas criaturas salen a jugar al bosque.

“No sé si definiría mi obra como checa o centroeuropea. Son etiquetas y me dan un poco igual. Estoy de acuerdo con Rilke en que la única patria que tiene el hombre es su infancia, eso sí”, zanja Tusek en la nota de presentación de la exposición.