No se trata de un AVE ni de la última tecnología ferroviaria. Pero la línea que unía Janakpur, en Nepal, con Jainagar en la India fue en su momento un cordón umbilical que daba vida a la población nepalí gracias a los 29 kilómetros de línea férrea que se extendieron entre ambas poblaciones.
Esa línea cerró en 2014 y todo lo que ha quedado es un paisaje abandonado y locomotoras y vagones oxidados. Pero un nuevo proyecto, de cien millones de presupuesto, pretende modernizar la infraestructura y convertirla en una línea moderna que deje atrás el pasado colonial.
Mientras esa obra se hace realidad, los vecinos de la zona tienen que utilizar otros medios de transporte. El autobús que une ambas poblaciones tarda cuatro veces más y tiene que transitar por carreteras cuyo estado se complica cuando llega el mal tiempo.