Fenómenos meteorológicos espectaculares, explicados científicamente

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Supercélula
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Supercélula

Las supercélulas son conocidas como 'la madre de todas las tormentas'. Este espectacular fenómeno meteorológico se produce cuando colisionan dos masas de aire de características muy distintas, y se caracteriza porque en el interior de la tormenta se crea un pequeño ciclón que la hace girar sobre sí misma, dándole esa forma de amenazante sumidero gigante. A su paso puede dejar lluvias, granizo e incluso tornados.
Remolino de fuego
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Remolino de fuego

Este espectacular fenómeno, propio de una escena apocalíptica, se conoce también como tornado de fuego. No son otra cosa que tornados o remolinos de viento formados sobre un incendio, que aspiran las llamas hacia arriba. Se producen cuando el intenso calor del fuego y los vientos que puedan fluir sobre él se combinan para formar corrientes de aire que giren con velocidad sobre sí mismas, estrechándose y adquiriendo la característica forma de un tornado.
Aurora boreal
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Aurora boreal

Aunque las conocemos como auroras boreales, su nombre exacto serían auroras polares, ya que se dan sobre ambos polos. De hecho, no son estrictamente hablando un fenómeno meteorológico, ya que se producen fuera de la atmósfera. Se producen cuando el Sol escupe masa solar y esa eyección choca con la magnetosfera, el campo magnético generado por el núcleo terrestre que nos envuelve. Al colisionar, la masa solar se desplaza sobre ese campo magnético, chocando con los átomos y moléculas de la atmósfera (sobre todo oxígeno y nitrógeno) y alterando su estado con su alta carga energética. Al cabo de poco tiempo, esos átomos y moléculas vuelven a su estado iniciad, devolviendo la energía en forma de luz, que es la que nosotros llamamos auroras polares.
Halo
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Halo

Es más habitual en las zonas frías, aunque se puede observar prácticamente en cualquier lugar del mundo: una especie de círculo brillante, con el Sol como centro, que flota en el cielo. Se produce cuando la luz de la estrella es refractada por los pequeños cristales de hielo suspendidos en la troposfera. Suelen tener un radio de unos 22 grados y presentan un color tirando a rojizo en el interior.
Rayo
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Rayo

Aunque la caída de un rayo no es un fenómeno poco habitual, sigue siendo una imagen impresionante. Su origen está en la separación de cargas eléctricas: la parte inferior de las nubes de la tormenta tiene una carga negativa que genera en la superficie terrestre otra carga, en este caso positiva. Esta situación es altamente inestable, y cuando la atracción entre cargas de signo opuesto es demasiado fuerte, se produce una descarga eléctrica que es lo que llamamos rayo.
Cinturón de Venus
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Cinturón de Venus

Seguramente todos hemos visto este fenómeno alguna vez, y lo asociamos mayoritariamente con el atardecer, aunque se produce también a la salida del Sol. Se trata de una franja rosada que aparece en el cielo, entre 10 y 20 grados sobre el horizonte, del que la separa otra banda, de color más oscuro. El color rosado se debe a la retrodispersión (el reflejo o 'rebote' hacia su dirección de origen) de la luz roja proveniente del Sol.
Luna de color
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Luna de color

Habitualmente, la Luna brilla con una intensa luz blanca-amarillenta, reflejo de la que recibe del Sol. Pero algunas veces, y según a qué altura la veamos, se colorea de naranja e incluso de color rojo. Aunque hay varios motivos, el más habitual es que, cuando la Luna está cerca del horizonte, su luz tiene que atravesar más capas de la atmósfera. La atmósfera terrestre dispersa la luz del Sol y, por tanto también la de la Luna. La luz roja es la menos afectada por la atmósfera, por eso es la que prevalece y la que se hace más visible.
Espejismo
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Espejismo

Los espejismos no son más que una ilusión óptica, generada por la refracción de la luz, causada a su vez por el calor. La refracción de la luz se produce cuando la luz pasa de un medio a otro con una densidad distinta. En ese momento, cambia de dirección, y por eso un lápiz metido en un vaso de agua parece estar roto. Cuando dos capas de aire están a temperatura distinta, como ocurre cuando una de ellas, por ejemplo, está en contacto con asfalto o con arena muy calientes, su densidad también es distinta. Esto hace que, al pasar de una a otra, la luz cambie de dirección y refleje el entorno, como haría al chocar con un espejo
Rayo verde
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Rayo verde

También conocido como destello verde, es otra ilusión óptica, en este caso que tiene lugar poco después de la puesta de sol o justo antes del amanecer: durante uno o dos segundos, es visible un punto de luz verde sobre el horizonte. De nuevo, la causa es la refracción de la luz. En las capas más bajas de la atmósfera, la luz se mueve más despacio, por lo que sigue una trayectoria curva. La luz de alta frecuencia (azul/verde) se curva más que la de baja frecuencia (roja/naranja). Por eso los rayos verdes de la parte superior del sol permanecen visibles sobre el horizonte más tiempo, mientras que los rojos están ya ocultos.
Arcoiris de fuego
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Arcoiris de fuego

Su nombre preciso es arco circunhorizontal, aunque se ha popularizado como arcoíris de fuego, quizá por que suena mucho más emocionante. Se trata de un fenómeno óptico muy similar al del arcoíris, pero en el que la refracción de la luz para formar los colores no se produce en gotas de agua, sino en cristales de hielo de las nubes. Es muy raro observarlo, ya que solo ocurre cuando el sol está a más de 58 grados de altitud sobre el horizonte y únicamente en presencia de nubes cirros.
Polvo de diamante
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Polvo de diamante

En lugares muy, muy fríos, en ocasiones parece que el aire está lleno de polvo brillante, motivo por el que se llama a este fenómeno polvo de diamante. Esto es porque las bajas temperaturas producen que el vapor de agua del aire se transforme en pequeños cristales de hielo, que actúan como espejos reflejando la luz del sol.
Arcoíris de luna
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Arcoíris de luna

Un arcoíris, al fin y al cabo, es la luz blanca del sol dividida en sus distintos componentes al pasar por un prisma que, en este caso, son las gotas de la lluvia. Pero no es el Sol el único que produce arcoíris: también la Luna emite luz blanca (reflejada, es cierto, del propio Sol. Los arcoíris lunares, aunque existen, son mucho más tenues, puesto que la luz del satélite es más escasa, y es más habitual verlos en las inmediaciones de cataratas y otros lugares donde hay mucho vapor de agua en el ambiente.
Nubes noctilucentes
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Nubes noctilucentes

También llamadas nubes mesosféricas polares, las nubes noctilucentes son un fenómeno de descubrimiento relativamente reciente. Son las nubes más altas de la atmósfera (se encuentran en la mesosfera, a entre 75 y 85 kilómetros de altitud), y solo son visibles justo antes del anochecer. En ese momento, el Sol las ilumina desde debajo del horizonte mientras las demás capas de la atmósfera están en la sombra de la Tierra, causando un espectacular efecto en el cielo.
Arco de niebla
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Arco de niebla

También llamados arcoíris blancos. En este caso, la luz es refractada por la niebla, en vez de por la lluvia. Ya que las gotas de agua que forman la niebla son muy, muy pequeñas (menos de 0'05 milímetros), los colores de este arcoíris son muy tenues, si acaso se aprecia un leve brillo rojo en el extremo exterior y otro azul en el extremo interior. De ahí el nombre de arcoíris blanco.
Virga
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Virga

Virga se llama a las precipitaciones que caen de las nubes pero se evaporan antes de llegar al suelo. A grandes alturas, suelen tener forma de cristales de hielo, que caen debido a la gravedad. Sin embargo, a medida que bajan, aumenta la temperatura y la presión atmosférica, haciendo que los cristales se evaporen, y dando a estas nubes cierta apariencia de medusas flotantes.
Pilar solar
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Pilar solar

Este tipo de fenómeno puede verse a menudo durante la puesta de Sol, pero lo cierto es que también pueden provocarlo la Luna o incluso las luces de una ciudad. Se trata de una columna de luz que se alza en vertical sobre la fuente. Está provocada por el reflejo de esa luz sobre las superficies horizontales de los cristales de hielo que flotan en los niveles superiores de la atmósfera. No en pocas ocasiones, este fenómeno ha causado alerta, al ser confundido por algún espectador imaginativo con la presencia de un OVNI.
Rayos crepusculares
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Rayos crepusculares

También llamados 'dedos de Dios', se trata de una estampa bastante habitual, sobre todo al atardecer. Se produce cuando una nube densa (también pueden ser otros objetos, como el pico de una montaña) se sitúa ante el Sol y le da sombra. Así, tapa algunos de sus rayos, mientras que otros se hacen más visibles, que son los que parecen brotar como una luz divina. De ahí su nombre popular.

Hace unos días, aficionados a cazar tormentas filmaban en vídeo la formación y el desarrollo de una supercélula, la más espectacular de las tormentas. Este tipo de fenómenos combinan las características habituales de las tormentas con un pequeño ciclón, desatando todo tipo de consecuencias extremas: fuertes lluvias, mucho aparato eléctrico, vientos muy rápidos e incluso tornados.

La explicación científica de las supercélulas es la siguiente: al igual que todas las tormentas, son resultado del choque de dos masas de aire de caracterísitcas distintas en cuanto a temperatura, humedad, velocidad, presión, dirección, etc. Sin embargo, para generar estas supertormentas, esas diferencias tienen que sea aún más grandes: una de las masas de aire debe ser muy húmeda y cálida y la otra seca y bastante fría.

Además de ayudarnos a predecir el tiempo que hará al día siguiente, la meteorología es la ciencia que se encarga de estudiar y explicar los fenómenos que se producen en la atmósfera. Recogemos aquí algunos de los más espectaculares, raros o desconocidos, junto a los motivos por los que se generan y las condiciones que les dan forma.

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