Más de cien atletas compiten en la "carretera de la muerte" en Bolivia
El 30 de julio se celebró por sexto año consecutivo la `SkyRace´, una competición que transcurre por una de las carreteras más letales del mundo, situada
El recorrido se divide en dos tramos e implica un ascenso de 1.800 metros. La meta, ubicada en Chuspipata, se encuentra a 3.030 metros sobre el nivel del mar. (Reuters)
Uno de los atletas que participaron en la Skyrace, fotografiado cerca de Chuspipata, Los Yungas. (Reuters)
Entre los doscientos participantes, hubo atletas de Bolivia pero también de países extranjeros como Alemania, Argentina, España, EEUU, Francia, Japón, Perú y Rusia.
Un perro se une a un atleta en la competición de Yolosa a Chuspipata. (Reuters)
La reforma de 2006 contribuyó a mejorar la circulación de la carretera y disminuyó el número de víctimas mortales, aunque la media sigue siendo alta -entre 30 y 40 fallecidos al año-. (Reuters)
A lo largo del recorrido, numerosas cruces y lápidas recuerdan el elevado número de accidentes mortales que se han producido en la carretera. (Reuters)
Pamela Cusicanqui, la ganadora de la categoría femenina, celebra su victoria llegando a la meta. (Reuters)
El atleta boliviano, Ronald de la Riva, fue el ganador de la categoría masculina el pasado domingo. (Reuters)
Participantes de la Skyrace descansan en una de las tiendas de la Cruz Roja, cerca de Chuspipata. (Reuters)
Este año, el dinero recolectado con las inscripciones se destinará en su mayoría a dos iniciativas sociales: el Refugio de Animales Senda Verde y el Metro Parada Juvenil. (Reuters)
El 30 de julio se celebró por sexto año consecutivo la `SkyRace´, una competición que transcurre por una de las carreteras más letales del mundo, situada en la región de Los Yungas, Bolivia. 200 atletas participaron en la carrera de 28 kilómetros desde Yolosa hasta Chuspipata. Esta última localidad se encuentra a 3.030 metros de altitud, por lo que los atletas salvan un desnivel de 1.800 metros durante la prueba pedestre, reconocida a nivel internacional por su grado de dificultad. El trazado sinuoso y estrecho de la carretera y su paso por montañas escarpadas son los motivos por los que, antes de su reforma en 2006, la circulación era extremadamente peligrosa, llegando a provocar entre 150 y 200 víctimas mortales por año.
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