Citroën siempre se ha caracterizado por hacer coches muy diferentes a los del resto de fabricantes. Modelo con una estética y un equipo mecánico distintos. Los mejores ejemplos, el DS19 de los años sesenta, conocido como Tiburón, el 11 Ligero que fue el primer tracción delantera, aunque sin duda una referencia fue el 2CV, o su versión más “playera” el Mehari o la superberlina, el SM. La otra clave de los modelos de Citroën es su gran confort de marcha, y en este sentido la revolucionaria suspensión hidroactiva de la época marcó un antes y un después en la automoción. El C4 Cactus es un compendio de lo mejor de Citroën, un coche de estética muy diferente, con una suspensión realmente buena, y todo ello con unos precios muy ajustados.