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Morrallas y lágrimas: el peor cine español se cita en los YoGa 2017, los anti Goya

En 1950, el semanario satírico 'La Codorniz' estrenaba sus premios 'Pepe de Barro', la versión cinematográfica de la 'Medalla de las Birrias Artes', una reinterpretación castiza

Con 'Secuestro', su segundo largometraje como directora, Mar Targarona buscó construir un 'thriller' de venganza que reflexionaba sobre la verdad y la mentira y con el objetivo claro de engañar y epatar al espectador. Sin embargo, la película no lo conseguiría del todo, y tampoco acabó arrasando en taquilla (fue la vigesimotercera película española más taquillera de 2016). La que fuera una de las productoras de 'El orfanato' de Bayona no ha tenido el mismo ojo a la hora de saltar a la dirección, y muestra de ello es este YoGa.

2016 ha sido el año de la ubicua Carmen Machi y, dentro de los cinco estrenos que ha protagonizado esta año, ha habido no sólo luces, sino también sombras. El colectivo Catacric no culpa a Machi, pero reparte el YoGa a Peor dirección entre los directores de tres películas en las que ha participado: Félix Sabroso, Miguel del Arco y Nacho G. Velilla. Pero Velilla puede estar tranquilo: 'Villaviciosa de al lado' ha sido la segunda película española más taquillera del año y ha recaudado ya más de 10 millones de euros, con un presupuesto de alrededor de 3. ¡Milagro en el cine español!

Sin embargo, 'El tiempo de los monstruos' no ha tenido tanta suerte: la película de Félix Sabroso consiguió, en general, críticas amables e incluso entusiastas. Sin embargo, el público no ha acompañado y esta comedia excesiva pasó por la cartelera sin pena ni gloria, a pesar de contar con Machi, Javier Cámara y Secun de la Rosa entre los protagonistas.

Abrió la Seminci con 'Las furias', su salto al largometraje desde la dirección teatral, donde es uno de los tótems de la escena nacional, pero Miguel del Arco no se libra del YoGa 'No culpes a Carmen' a Peor dirección. Una apuesta muy personal, a caballo entre el séptimo arte y el lenguaje teatral, que no acabó de funcionar del todo, a pesar de un reparto de pesos pesados.

Que Eduard Fernández es un grande de la gran pantalla queda fuera de toda duda. Como aval, una decena de nominaciones a los Goya -gracias a las que ha ganado dos 'cabezones'-, una Concha de Plata al Mejor actor en el pasado Festival de San Sebastián y el aplauso unánime de crítica y público. Sin embargo, hasta los más grandes tropiezan, y ahí ha estado la mordacidad de Catacric para señalarlo.  

La cantante Silvia Pérez Cruz se llevó el Goya a Mejor canción en 2012 gracias a la banda sonora de 'Blancanieves'. Cinco años después, repite candidatura y añade la nominación a Mejor actriz revelación por su papel en 'Cerca de tu casa'. Y, como las paradojas existen y las opiniones son como los culos, la cantante se ha llevado también de paso el YoGa a Peor actriz por la misma interpretación. 

La ficción se ha acabado adelantando a la realidad y la terapia catártica de 'Frente al mar' -catártica quizás tanto dentro como fuera de la pantalla- no ha acabado recibiendo tanta atención mediática como las portadas del papel cuché. Eso sí, la que tuvo resultó destructiva, puesto que la mayor parte de la crítica suspende sin piedad a Angelina Jolie como directora. La directora ya está inmersa en la posproducción de un drama bélico ambientado en Camboya, ajena a su merecido YoGa. 

Muchos incondicionales de Joel e Ethan Coen a partir de '¡Ave, César!' tuvieron que añadir una excepción a su incondicionalidad. A pesar de George Clooney. A pesar del excepcional número de baile de Channing Tatum vestido de marinerito o de las perlas de brocha gorda salidas de boca de Scarlett Johansson. Catacric llora a Fargo mientras otorga el YoGa a Peor director extranjero a los hermanos más irreverentes del 'star system' hollywoodiense.

'La chica del tren' puso bocabajo las librerías de medio mundo, convirtiéndose en uno de los libros más vendidos de los últimos años. En octubre de 2016, coincidiendo con el estreno de la película, se habían vendido 15 millones de copias de la novela. Sin embargo, el film protagonizado por Emily Blunt al final no consiguió ser el taquillazo esperado y el personaje de Blunt fue masacrado por la crítica como "plano", "unidimensional" y "aburrido", entre otras lindezas. 

Las bromas sobre la capacidad interpretativa de Ben Affleck se han convertido en los últimos tiempos en el deporte de moda. Si bien es cierto que sus actuaciones en películas como 'El contable' o 'Batman vs. Superman' -por la que ya se llevó el Razzie-, no ayudan a su defensa. Tampoco es un buen año para el Affleck director que, según 'Variety', ha perdido 70 millones de euros con el fracaso de 'Vivir de noche', estrenada en España el pasado fin de semana.

Puede que hubiese sido antes, pero cuando en el año 2000 Jeremy Irons aceptó aparecer en la adaptación cinematográfica de 'Dragones y mazmorras', el mundo cinéfilo supo que la carrera del actor iba a dar un viraje de 180º. Desde entonces, Irons no ha dudado en aumentar su número de apariciones disminuyendo los criterios del filtro, lo que le ha llevado en 2016 a aparecer en hasta seis proyectos, de tan diverso calibre como las palomiteras 'Assassin’s Creed' y 'Batman vs Superman' o las más autorales 'El héroe de Berlín', 'El hombre que conocía el infinito', 'High-rise' y 'La correspondencia'. Y por su estajanovismo, los Catacric le otorgan el YoGa de honor.

Era previsible, pero lo hicieron de todas formas. Hollywood decidió reinterpretar clásicos como 'Ben Hur', 'Los siete magníficos' y 'La leyenda de Tarzán'. Resultado: mucha bilis cinéfila, datos de taquilla mediocres (o directamente malos, ya que 'Ben Hur' ni siquiera a conseguido recuperar la inversión) y un YoGa ex aequo por "profanar el sueño de los muertos".

 

En 1950, el semanario satírico 'La Codorniz' estrenaba sus premios 'Pepe de Barro', la versión cinematográfica de la 'Medalla de las Birrias Artes', una reinterpretación castiza y guasona de los Oscar de Hollywood destinada a reconocer la peor película del año a juicio del público. Cuando la publicación cerró definitivamente en 1978, el choteo a costa del cine se quedó huérfano hasta que, en 1990, un grupo de críticos catalanes se unió bajo el paraguas anonimizador -y "mutante", según sus propias palabras- del Colectivo Catacric y comenzó a repartir sus premios YoGa, el reverso oscuro de los Goya, el hermano pequeño de los Razzie, un repaso gamberro y mordaz a lo peor de la producción cinematográfica del último año.

Desde que en su primera edición Jorge Sanz y Ángela Molina recibiesen el caramelo envenenado que es el YoGa a Peor interpretación, los Catacric han ido repartiendo estopa anual y concienzudamente no sólo entre la industria nacional, sino también entre los grandes nombres con estrella en el Paseo de la fama, Oscar en la estantería y portada asegurada en 'Cahiers du Cinema'. De Peter Greenaway a Francesc Bellmunt, de David Lynch a Miguel Bosé, nadie está vacunado contra el azote de los Catacric y sus premios YoGa. 

Parapetados tras el rostro dibujado de Groucho Marx, los miembros del Colectivo Catacric, que "declinan [eso sí, muy amablemente] la invitación" a conceder entrevistas y revelar sus identidades, han desvelado este mismo martes los nombres de los ganadores de la 28 edición de los YoGa, en los que han premiado, en las categorías de cine español y cine extranjero, la peor película, la peor dirección, la peor interpretación -masculina y femenina- y, como reconocimientos especiales, la extraña carrera de un veterano como Jeremy Irons o la incomprensible manía de los estudios de Hollywood de perpetrar cuestionables 'remakes' de los grandes clásicos de Hollywood. 

Estos son los "ilustres" ganadores de los premio YoGa 2017.

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