El grafiti polariza a la gente. O lo aman o lo consideran una 'basura'. El nuevo nombre de moda en el mundo del arte callejero, el portugués Arturo Bordalo (más conocido como Bordalo II) ha dado el argumento definitivo a los detractores del street art, ya que sus creaciones están hechas con, precisamente, basura.

Latas, desechos, partes de electrodomésticos o incluso chatarra de coche, todo vale para crear sus animales en tres dimensiones que han revolucionado las calles de Lisboa.

Las figuras de Bordalo II se aprecian como divertidos personajes de fábulas desde la lejanía. Sólo al acercarse uno se percata que están hechos de pequeños restos que la gente no quiere.