Korda, Cartier-Bresson, Ernesto Guevara… La revolución cubana no sería la revolución cubana sin los fotógrafos que la inmortalizaron y convirtieron en icono.
Un imaginario tan potente que obligó al arte cubano posterior a exprimirse las neuronas para crear un lenguaje propio. Lo cuenta el ensayista y comisario de arte Iván de la Nuez (La Habana, 1964) en Iconocracia, exposición que podrá verse a partir del viernes en Artium.
El conflictivo pasado, presente y futuro del arte cubano.