DBX, el primer todocamino de Aston Martin en 106 años de historia
A lo largo de su dilatada historia, Aston Martin siempre se ha centrado en la producción de coches deportivos y de competición. Incluso una versión de coche
El Aston Martin DBX, el primer todocamino de la marca británica tiene un aspecto espectacular, aún más cuando se puede ver en vivo.
La trasera del DBX es espectacular, porque combina deportividad con una elegancia propia de los modelos de Aston Martin.
Es el lujo llevado a su máxima expresión, pero con detalles propios de su deportividad, como los mandos de su caja de cambios en la parte superior de la consola central.
Lo que más me ha sorprendido al ver el coche en vivo en el concesionario de Aston Martin en Madrid ha sido su zaga.
Asientos, piel de la máxima calidad y el objetivo de que no haya dos DBX iguales, con un grado de personalización máxima.
La lista de accesorios disponible es casi interminable. Portaesquíes, maletas de todo tipo y hasta una lavadora para las mascotas, por si se ensucian al dar un paseo por el campo.
Tiene dos modos de conducción especiíficos para uso campero, Terrain y Terrain+, control de descenso y una suspensión que sube hasta 45 mm.
A lo largo de su dilatada historia, Aston Martin siempre se ha centrado en la producción de coches deportivos y de competición. Incluso una versión de coche de cinco plazas, el Rapide, estaba basado en la misma deportividad de sus hermanos de dos plazas. Era como un coupé alargado y con cuatro puertas. Con el DBX da un gran salto hacia arriba ampliando su gama con un modelo que, por fin, y al margen de ofrecer algunas posibilidades de uso camperas, lo que ofrece es un coche mucho más versátil, más utilizable a diario por una familia rica. Lo que mantiene es su deportividad y exclusividad como en los vehículos de dos plazas.
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