Prueba Suzuki GSX-S1000F, una excelente sport-turismo
La Suzuki GSX-S1000F es una excelente moto para uso sport-turismo. Con sus raíces ancladas en la herencia deportiva de la GSX-R, este modelo disfruta de 150 CV
La Suzuki GSX-S1000F es heredera directa de la GSX-R1000R de SBK, pero cuenta con un motor domesticado para su uso cotidiano.
El manillar de la GSX-S1000R, es un Fat Bar de Renthal, ancho y cómodo, que ofrece una postura de conducción excelente.
Con 150 CV de potencia y 201 kilos de peso, la Suzuki GSX-S1000F se maneja de forma muy cómoda gracias a la gestión de su motor.
La sobrada potencia del motor se pone de manifiesto al estirar las marchas. Sube de vueltas sin límite hasta las 10.000 rpm y parece no acabarse.
Su estampa deportiva no debe llevar a engaños: la Suzuki GSX-S1000F tiene potencia de sobra pero se puede usar cómodamente para el día a día.
No cabe duda que esta sport-turismo permite moverse con agilidad y destreza por todo tipo de terreno y disfrutar de un paso ligero por las carreteras.
La Suzuki GSX-S1000F monta un neumático trasero 190-/50-17, una medida grande que permite transmitir con eficiencia su notable potencia.
La herencia de la GSX-S1000F hace que se oriente claramente al uso en carretera, pero se use como se use es completamente gratificante.
Debidamente gestionada, la Suzuki GSX-S1000F se convierte en un aliado en los viajes, solo o acompañado, aunque el pasajero va alto y expuesto.
La Suzuki GSX-S1000F tiene genes deportivos, pero es perfectamente apta para el uso diario, lo que la convierte en una sport-turismo de alto rendimiento.
La Suzuki GSX-S1000F es una excelente moto para uso sport-turismo. Con sus raíces ancladas en la herencia deportiva de la GSX-R, este modelo disfruta de 150 CV de potencia que permiten hacer un uso muy variado de la moto. Su territorio natural es la carretera, pero es igualmente válida para el día a día o para viajar.
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