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Rolls Royce Phantom I, un coche o una carroza

A principios del siglo pasado, los coches eran auténticas obras de arte, coches únicos hechos completamente a mano por artesanos, carroceros y tapiceros construidos en base

Viendo esta foto no es fácil determinar que se trata de un coche y más bien parece un coche de caballos o una carroza del siglo XVIII. Un vehículo espectacular.

Este es el coche en una vista exterior en la que nada parece indicar que en su interior vayamos a encontrar una joya única del automovilismo. 

El coche costó en el año 1926 unas 6.500 libras, de las que 4.500 se invirtieron en sus interiores totalmente artesanales y de la máxima calidad. 

Este es el puesto de conducción del Phantom I, mucho más espartano que su interior. Su conductor debía protegerse de las inclemencias del tiempo porque no tenía techo. 

Este es el mueble bar, una autentica pieza de coleción de principios del Siglo XX. Todo se conserva como en el momento en el que se entregó el coche a su primer propietario. 

En el interior del vehículo también había un asiento supletorio pero que quedaba perfectamente escondico para no estropear el espectacular diseño de este salón con ruedas. 

Este vehículo representaba lo mejor de los años veinte. En esos tiempos una marca española, Hispano Suiza competía con la marca británica por ser el mejor fabricahte del mundo. 

 

A principios del siglo pasado, los coches eran auténticas obras de arte, coches únicos hechos completamente a mano por artesanos, carroceros y tapiceros construidos en base a los gustos de sus afortunados clientes. Y este es el caso del Phantom I fabricado en 1926 por Rolls Royce.

Su primer propietario, director financiero de Wolworth, quería obsequiar a su mujer, una gran amante de la historia y el arte francés del Siglo XVIII con un regalo espectacular y a juzgar por estas fotos, de verdad que lo consiguió. El coche ahora se subastará en Londres.

 

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