Volvo Ocean Race, la aventura por excelencia
Los siete equipos participantes se enfrentan a las condiciones más adversas durante nueve intensos meses, y lo mejor es que el ganador solo tiene como premio
Esta la tercera edición en la que la Volvo Ocean Race tiene su salida en Alicante. Millones y millones de espectadores han visto por televisión la salida de una prueba emblemática. Ainhoa Sanchez/Volvo Ocean Race
Uno de los aspectos destacados de la VOR es que todos los barcos son idénticos, construidos por el mismo equipo humano y con los mismos planos. Si hay que cambiar algo tiene que se aprobado por los jueces.
La salida de la VOR en Alicante estuvo muy concurrida. Cientos y cientos de barcos dieron la despedida a los siete barcos que pusieron rumbo al estrecho de Gibraltar.
La oficina permanente de la Volvo Ocean Race está en el puerto de Alicante. Desde allí se controla permanentemente cada barco, se indica a los participantes la posición de todos los barcos y se controlan las emergencias.
En cada barco hay ocho tripulantes y un reportero, cuyo trabajo es hacer fotos y vídeos y controlar que los otros ocho comen y beben lo necesario. pero no puede hacer nada de navegación. Es como un polizón a bordo.
En esta ocasión el barco español lleva los colores de Mapfre, la compañía aseguradora, mientras que en las dos ediciones anteriores fue Telefónica la empresa protagonista.
Cada una de las paradas de las Volvo Ocean Race, once en esta edición, suponen un auténtico espectáculo que miles de personas no quieren perderse. Los expertos dicen que la de Abu Dhabi es la más impactante.
Hay algunas etapas en las que la cubierta del barco está más tiempo bajo el agua que flotando por encima. El Cabo de Hornos es uno de los peores momentos de la travesía, con olas de más de 15 metros.
El barco con el que se disputa esta edición de la Volvo Ocean Race es muy rápido y con solo algo de viento los expertos tripulantes son capaces de hacerle volar. este es el Vestas en la bahía de Alicante.
Los siete equipos participantes se enfrentan a las condiciones más adversas durante nueve intensos meses, y lo mejor es que el ganador solo tiene como premio eso, ser ganador, pero sin ningún premio en metálico. Este es el espíritu de la aventura.
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