Al borde del milagro se quedó el Arsenal. Necesitaba una gesta de considerables dimensiones ante el Mónaco para acceder a los cuartos de la Champions, pero se quedó a un gol de conseguirlo (0-2). Los de Wegner acabaron sucumbiendo al desastre de la ida (1-3) y, como entonces, fallando numerosas ocasiones de gol.

Un 'combate' de 120 minutos terminó con la clasificación del Atlético de Madrid en la tanda de penaltis (3-2) en el suspense del último lanzamiento, el que Stefan Kiessling mandó fuera. Una recompensa para el Atlético, mejor en un encuentro de alto voltaje, en el que siempre tuvo más ambición, incluso cuando igualó la eliminatoria por medio de Mario Suárez, y también cuando se disputó una prórroga debilitada por el extraordinario esfuerzo de ambos hasta la resolución final desde los once metros.