Fuera de nuestras fronteras, la mayor colección del mundo de arte hispano está en Nueva York y es propiedad de una de las mayores fortunas de Estados Unidos. En concreto, de la Hispanic Society of America, que creó el hispanista Archer Milton Huntington en 1904 para divulgar la cultura hispánica en su país y ahora viaja a España para exhibir parte de su archivo.

La institución, que actualmente tiene su sede en obras y por eso ha viajado hasta Madrid, atesora más de 18.000 piezas que abarcan desde el Paleolítico hasta el siglo XX, además de una biblioteca 25.000 manuscritos y 35.000 libros raros. Parte de estos fondos se exponen por unos meses en el Museo del Prado del 4 de abril al 10 de septiembre. 'Tesoros de la Hispanic Society of America. Visiones del mundo hispánico' reúne más de 200 obras, de las que un 60% nunca se han visto en España, que van desde pintura hasta esculturas, piezas arqueológicas, textiles o mapas. Muchas de estas piezas no se habían expuesto antes como los relicarios de santa Marta y santa María Magdalena de Juan de Juni, un grupo de madera policromada atribuido a Caspicara o el 'Mapa de Tequaltiche', que se creía perdido hasta ahora.

Destacan sobremanera obras de Goya, como el retrato de la duquesa de Alba; Velázquez, como el del conde-duque de Olivares; 'La Piedad' del Greco; 'El hijo pródigo', de Murillo, o la 'Santa Emerenciana', de Zurbarán. Se completa con una galería de retratos a intelectuales españoles de los siglos XIX y XX con obras como, por ejemplo, el retrato de Juan Ramón Jiménez de Sorolla.

De igual modo, la muestra incluye piezas arqueológicas de gran valor como un broche visigodo o un cuenco campaniforme celtibérico, esculturas romanas o joyas medievales así como otras de orfebrería renacentista y barroca o textiles como una seda nazarí. Respecto a los fondos bibliográficos, algunas de los tesoros que han llegado hasta Madrid son manuscritos como el 'Privilegio emitido por Alfonso VII rey de Castilla y León', una biblia hebrea, cartas de instrucciones de Carlos V a su hijo Felipe o un mapamundi de Juan Vespucci.

"No estamos en la ruta de lo museos y es muy difícil", asegura Mitchell A. Cooding, director de la sociedad y comisario de la exposición, sobre el esfuerzo que están haciendo dentro y fuera de Estados Unidos para darse a conocer. "En los años 50 teníamos 50.000 visitantes, más que ahora y el proyecto que tenemos pendiente es hacer exposiciones temporales, sin eso sabemos que es imposible aumentar el número de visitantes". Para Miguel Falomir, director del Prado, esta exposición es como "una mezcla del Museo del Prado, la Biblioteca Nacional, el Museo de América y el Arqueológico".