Durante dos décadas, Louise Bourgeois creó unas sofisitcadas e innovadoras obras escultóricas a las que años después llamó Celdas. Fueron 60 obras únicas -que comenzaron en 1986 con 'Guarida Articulada'- en las que utilizó elementos cotidianos como muebles, prendas de vistar u objetos de taller para crear unas estructuras arquitectónicas que en el fondo plasmaron su autobiografía.

El Museo Guggenheim de Bilbao, junto al Haus der Kunst de Múnich, organiza la exposición 'Louise Bourgeois, Estructuras de la existencia: las Celdas' que se podrá ver del 18 de marzo al 4 de septiembre. En ella, reúne 28 de estas celdas, de las cuales las seis primeras se agrupan por primera vez desde 1991, cuando se reunieron originalmente para una muestra en el Carnegie International de Pittsburgh. De hecho, fue precisiamente en esta exhibición donde la artista bautizó estos trabajos como celdas en alusión, por un lado, a la celda de una cárcel o un monasterio y, por otro, a la célula biológica de un organismo vivo.

El feminismo, la relación de admiración hacia su madre y problemática con su padre, la angustia, la ansiedad, la autoaceptación... están en estas celdas con las que la propia Bourgeois se autopsicoanalizaba. Son su lugar de protección pero también de reclusión.