Durante cuatro años, el fotógrafo Eduardo Nave tomó un tren en la estación de Atocha o en la de Santa Eugenia, también en la del Pozo, y paseó por calle Téllez; siempre a la misma hora, los mismo lugares y las mismas líneas. Trataba de captar con su cámara aquello que vieron las víctimas de los atentados del 11 de marzo de 2004 escasos segundos antes de las explosiones, cada detalle... Y con ello elaborar su propio duelo a través de instantáneas que reflejan un viaje simbólico por la memoria, donde lo ausente ocupa el espacio y se entra en contacto con un mundo arrebatado.

Su trabajo ha dado lugar a una exposición, bajo el título Once de marzo, que se inaugura hoy en el Museo Nacional de Antropología, y que también conforman otras obras, como la instalación En tu nombre, que sale a la calle y busca crear un puente entre el museo, el monumento en recuerdo de las víctimas y la estación de Atocha; Poema de las emociones, un proyecto interactivo que llama a la implicación anímica de los visitantes y, finalmente, Archivo de duelo, una colección de testimonios recogida por Renfe en los memoriales creados espontáneos organizados semanas después de los atentados.

La exhibición es la primera producción del reciente Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo y pretende recordar a las víctimas y apoyar anímicamente a quienes padecieron a causa de los atentados.

Once de marzo se podrá visitar hasta el próximo 22 de mayo.