“Estaría mejor en la playa”: las mejores lápidas de la historia
Estamos acostumbrados a que las lápidas de los cementerios se limiten a indicar el nombre de difunto, su fecha de nacimiento y defunción y su confesión
Estamos acostumbrados a que las lápidas de los cementerios se limiten a indicar el nombre de difunto, su fecha de nacimiento y defunción y su confesión religiosa. Hay quien añade algún dato adicional, como la profesión, y familias que dan su último adiós al fallecido con algún tipo de recordatorio. Pero algunas personas antes de morir dejan todo preparado para inscribir en su lápida unas últimas palabras poco convencionales.
En 2014, José María Bejarano, un promotor musical afincado en Zamora simpatizante del Partido Popular, escribió en su tumba una frase que fue la comidilla de toda la prensa: “Montoro cabrón. Ahora ven y cobras”. El aumento del IVA cultural provocó que se sintiera abandonado por su partido y, cuando llegó su final, no dudó en tomarse su pequeña revancha.
El caso fue especialmente mediático, pero son muchas las personas que deciden despedirse de este mundo con alguna maldición o chascarrillo que, literalmente, les acompañe a la tumba. La gran mayoría de cementerios tienen normativas para que no se escriba en los epitafios frases xenófobas, atentatorias contra la Constitución o, simplemente, vejatorias. En algunos se incluye, incluso, un filtro previo para ver si puede colocarse la placa. Pero no siempre es difícil saltarse estas normas o, simplemente, ser provocativos cumpliéndolas.
Existen en la red cientos de selecciones de epitafios míticos, pero el sitio Find a Grave se dedica a ponerlos en contexto. Muchos de ellos han sido extraídos de esta página, mientras otros llevan circulando en internet desde tiempo inmemorial, y forman ya parte del inescrutable mundo de los memes.
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