Una peculiar investigación llevada a cabo por los psicólogos de la Universidad de Carolina Terry Pettijohn y Brian J. Jungeberg ha demostrado que los patrones de belleza no son estables, sino que cambian en función de los ciclos económicos. Para llegar a esta conclusión, los investigadores analizaron las características fisiológicas de las modelos que protagonizaron las portadas de la revista Playboy (las denominadas playmates) entre los años 1960 y 2000. El resultado fue que en las épocas de recesión económica las playmates tienen cuerpos más grandes, pechos más pequeños y una edad mayor que las modelos de portada durante los años de crecimiento.