Transformar frutas y
verduras feas para

Frenar el
despilfarro
alimentario

El futuro lo construyen las personas
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por Natalia Lázaro

Mireia Barba es cofundadora de Espigoladors, un modelo que da respuesta a tres problemas: el despilfarro alimentario, la falta de acceso a una alimentación saludable para personas en una situación vulnerable y la falta de oportunidades laborales.

L

a imperfección depende de los ojos con los que miramos. Los emprendedores de Espigoladors supieron cambiar la mirada sobre el despilfarro alimentario y aportar una solución igual de tradicional que innovadora para combatirlo. “Los agricultores tenían excedentes que no sabían cómo comercializar y nosotros diseñamos un modelo que, además de dar una segunda oportunidad a estas verduras y hortalizas frescas, diese empleo a personas en riesgo de exclusión y facilitase el acceso a una alimentación sana”, explica Mireia Barba, cofundadora del proyecto.

Espigoladors es una empresa social nacida en Cataluña que ha demostrado cómo abordar un grave problema global desde una perspectiva local. Su actividad principal es la recogida de frutas y verduras que se descartan en el sector primario y en empresas del sector distribución por criterios estéticos, descensos de ventas, sobreproducción, etc. Los productos más feos son de calidad y saludables y por ello su lema dice que “las personas bonitas aprovechan las frutas y verduras feas”.

Más de un 90% de los alimentos que recogen en el campo los donan a puntos de distribución de alimentos como, por ejemplo, comedores sociales para fomentar una alimentación sana en colectivos en situación vulnerable. El otro 10% lo transforman en conservas de alta calidad que comercializan bajo la marca Es Im-perfect.

Desde su creación en 2014 han recuperado más de 525.000 kilos de alimentos y ofrecido más de 1,6 millones de raciones de comida a personas con dificultades. Y todo ayudando al medio ambiente: han evitado más de 127 toneladas de CO2 y ahorrado más de 372 millones de litros de agua. A nivel humano, apunta Barba, “hemos creado un movimiento ciudadano de personas que son embajadoras de la cultura de aprovechamiento de alimentos y actúan como agentes del cambio”.

“Hemos creado un movimiento ciudadano de la cultura de aprovechamiento”

Tras cuatro años en funcionamiento en el territorio catalán ahora buscan consolidar el modelo y replicarlo. Han demostrado que su modelo funciona a nivel local y, desde ahí, llegaron a la final de la competición European Social Innovation Competition impulsada por la Comisión Europea. “Espigoladors puede funcionar en todo el mundo porque en cada ciudad existe despilfarro alimentario, colectivos que no se pueden alimentar de manera saludable y paro”.

Quizá la diferencia más relevante a la hora de exportar el sistema a otras zonas sea “adaptar los productos que se transforman a recetas y productos locales”. En su obrador de El Prat de Llobregat elaboran distintas líneas de productos. “Hacemos patés vegetales, mermeladas y compotas para nuestra marca. Tenemos un servicio para que los productores nos traigan sus excedentes y nosotros los convirtamos en sofritos, cremas, etc. y los vendemos. También trabajamos con sponsors a través del proyecto La fruta en un bote”.

Proceso de fabricación de conservas
“Los productores nos traen sus excedentes y nosotros los convertimos en sofritos, cremas..."

90%

Más de un 90% de lo que recogen en el campo los donan a puntos de distribución de alimentos

El sello singular de la organización son sus míticos espigamientos, es decir, recoger del campos los alimentos que no se pueden vender y canalizarlos a través de las entidades sociales. Referentes a nivel español y europeo, trabajan en la puesta en marcha de una red llamada ‘Gleaners of the world’ para conectar a espigadores de todo el mundo. “La procedencia de los voluntarios que nos ayudan a espigar es muy diversa. Vienen personas derivadas de entidades sociales, personas en el paro, grupos de empresa, escuelas, etc.”. Es una actividad muy transversal, que permite compartir historias y ayudarnos porque cuando nos ponemos el peto todos somos iguales”, agrega la cofundadora.

Productos de la marca Es im-perfect

Trabajan con los jóvenes para cambiar patrones de consumo y compra de alimentos

No obstante, una de las facetas más entrañables de Espigoladors es su actitud por cuidar y preservar lo de siempre. “Con las últimas generaciones se ha perdido el relevo generacional de cocina. No sabemos cocinar y cuando vamos a hacer la compra no sabemos qué cantidades comprar ni cómo transformarlas. Nuestras madres y abuelas hacían conservas para todo el año de forma natural. Esto ya no pasa”, lamenta.

Con el objetivo de cambiar patrones de consumo y compra de alimentos, trabajan con los jóvenes. “Son ellos quienes cambiarán el mundo”, remarcan. Entre sus acciones, organizan el concurso ‘El menjar no es llença’ –La comida no se tira- en los colegios para que los alumnos escriban cuentos y propongan ideas innovadoras para reducir el despilfarro alimentario.

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