Estas son las crisis que afectarán al sector sanitario en 2020 (y cómo afrontarlas)

Por Alberto G. Luna

Las crisis reputacionales son a las empresas como Gardel lo es al tango, Panenka a los penaltis o Murneau al cine mudo. Sencillamente, son inevitables. Según Warren Buffett: “Hacen falta 20 años para construir una buena reputación y cinco minutos para arruinarla”. Un escándalo de corrupción o un accidente medioambiental pueden echar a perder cualquier marca como ya ocurriera en su día con Enron, Tyco o Parmalat, entre otras.

Los continuos avances tecnológicos han hecho que cada vez sea más difícil para las compañías evitar que cualquier noticia esté presente en cada rincón del planeta. Esto, unido al creciente número de usuarios conectados hace que las organizaciones deban estar preparadas. Según el Global Risk Management Survey, el riesgo reputacional será una de las mayores amenazas a las que se enfrentarán las empresas en los próximos años. Desde EC Brands, la agencia de comunicación de El Confidencial, inauguramos una serie de contenidos en los que tratamos de dibujar un mapa de los posibles riesgos que amenazarán a los distintos sectores empresariales durante este 2020. Y empezamos por el de la salud. Cada sector está amenazado por una serie de riesgos que les son inherentes. El sanitario no es una excepción: negligencias médicas, efectos secundarios o una alerta sanitaria como la del coronavirus. Pero existen otros coyunturales que ya se atisban en el horizonte de este año. Si tienes interés en saber más, puedes consultarnos aquí.

1. Experiencia del paciente

El envejecimiento de la población ha dado lugar a un nuevo tipo de paciente (en la mayoría de casos, polimedicado), que tiene unas necesidades relacionadas con la salud más complejas y requiere una atención médica diaria personalizada en su propia casa. “Aunque el paciente de ahora está enfermo las 24 horas del día, tan solo interactúa con el centro sanitario el 5% de ese tiempo. Sin embargo, el otro 95% tiene influencia en su enfermedad y en la manera en que la vive”. El que habla es Ángel Alloza, CEO de Corporate Excellence. Con más de 20 años de experiencia en intangibles, la cabeza visible del think tank algo sabe de cambios de paradigma y tiene claro que hoy, más que nunca, importa atender la experiencia del paciente más allá de la clínica. Porque ya no se trata de curar enfermedades, sino de mantener sanas a las personas. Una transformación a la que deben hacer frente los centros que todavía no estén adaptados a ello.

La tele medicina puede ser utilizada en caso de una segunda opinión o de revisiones médicas, pero no para prescribir medicamentos

Los avances tecnológicos también están cambiando la atención médica. Ya hay pacientes que no acuden al médico de forma presencial sino a través de la vídeo consulta. Pero esta tecnología que está llamada a aliviar las listas de espera (según cifras de Eurostat, en España se registraron 7,26 visitas al médico por habitante, una cifra por encima de la media europea que se sitúa en 6,8), también tiene sus riesgos. Las tele consultas están reguladas por la Ley Orgánica de Protección de Datos (LOPD) lo que, en la práctica, implica la necesidad de proteger la información personal de cada paciente frente a posibles ataques o brechas de seguridad. Por otra parte, no valen para todo. Los expertos consultados reconocen que no se deberían prescribir medicamentos porque en estos casos es necesario reconocer físicamente al paciente. Argumento que comparte la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos, para quienes la tele medicina “puede ser utilizada en beneficio del paciente en caso de una segunda opinión y de revisiones médicas, siempre que sea clara la identificación mutua y se asegure la intimidad”.

Pero no solo los centros están obligados a adaptarse a este cambio de paradigma, sino también los médicos. Los doctores pueden tardar mucho en adoptar distintas tecnologías (o no querer hacerlo directamente). ¿Cómo será el médico o cirujano del futuro? Según McKinsey, los perfiles tendrán que adaptarse al uso de tecnologías digitales. Tal vez licenciados en robótica, además de medicina. Según asegura en el informe de McKinsey The future of hospital care Jim Weinstein Microsoft Healthcare’s Head of Innovation, se deberá “capacitar a estos nuevos profesionales de manera diferente para un futuro laboral diferente”. Y concluye tajante: “Es crucial que la medicina y tecnología piensen en el futuro, juntas”.

"El problema al que se enfrenta el sector es la escasez de recursos en la mayoría de centros, cuyo personal o instalaciones no están preparados”

2. Patologías asociadas a la salud mental

María Dolores (nombre ficticio) es una mujer fibrosa y de tez morena y dura, que se toma muy en serio a la población de la Unidad de Psiquiatría de un conocido hospital madrileño donde trabaja. Casi de manera maternal, reconoce. Nos recibe en la parte de atrás a eso de las 00:30 hrs (le toca el turno de noche) y el poco rato que estamos con ella pasan dos ambulancias a toda velocidad con las luces puestas directas a Urgencias. Nada más vernos su cabeza se abre por la parte inferior, mostrando una hilera de dientes interminable, en lo que parece un gesto más nervioso que otra cosa. “Muchos de los que allí están ahora mismo han ido por una hiperventilación, cefalea o sencillamente porque creen tener cáncer. En algunos casos detrás de todo eso se esconde un ataque de ansiedad o el principio de una depresión. Pero no quieren reconocerlo”, arguye metida en su bata blanca observando la entrada con la precisión de un juez de línea en un partido de tenis y al mismo tiempo que emite espectrales bocanadas de humo. ¿Como en la planta donde trabaja?, preguntamos. “Allí no estamos preparados. Los pacientes campan a sus anchas sin ningún tipo de vigilancia y ni yo misma he recibido formación para tratar a enfermos mentales”.

Su hospital no es el único en sufrir este problema. Según han reconocido fuentes de distintos centros de salud a este periódico, muchos de ellos no disponen de personal cualificado y en otros las plantas dedicadas a psiquiatría no cuentan con medidas de seguridad tales como una vigilancia básica o algo tan simple como un sistema de ventanas cerradas. Javier Jiménez, Presidente de la Asociación de Investigación, Prevención e Intervención del Suicidio (Aipis), apunta a los recortes en Sanidad, "que afectan sobre todo a la salud mental". Domingo Marzal, Director Médico de Sanitas Hospitales, hila un poco más fino: “El principal problema al que se enfrenta el sector es la escasez de recursos en la mayoría de centros, cuyo personal o instalaciones no están preparados”.

En España, el suicidio lleva siendo la primera causa de muerte no natural durante los últimos 12 años. Y sigue creciendo: en 2017 la tasa aumentó un 3,1% respecto al año anterior. Según datos del Instituto Nacional de Estadística, 3.679 personas se quitaron la vida y se estima que más de la mitad sufría algún tipo de trastorno depresivo. Una cifra que, según los expertos, se queda corta ya que en muchos casos los familiares falsean los partes de fallecimiento.

La IA es capaz de predecir el riesgo de una persona con problemas de salud mental mejor que los estudios clínicos tradicionales

Otro problema es el estigma social. Muchos pacientes llegan con problemas a la atención primaria y no los cuentan. ¿Cómo prevenir entonces los posibles casos de suicidio? Algunos médicos apuestan por incluir un psicólogo en esa fase temprana. También se están realizando estudios retrospectivos pilotos cuando hay sospechas de suicidios, con el objetivo de desentrañar qué estaba pasando y, de esta forma, prevenir situaciones futuras. En definitiva, establecer patrones y una vez más, no centrarse tanto en la enfermedad, que es lo que tradicionalmente se ha venido haciendo hasta ahora.

La Inteligencia Artificial (IA) por su parte, ya ha demostrado ser capaz de predecir el riesgo de una persona con problemas de salud mental mejor que los estudios clínicos tradicionales. Gracias a otras tecnologías como por ejemplo los wearables, también podemos recibir inputs de este tipo de pacientes para monitorizarlos. “Por desgracia, son muy pocos los hospitales que están aplicando estas tecnologías y el potencial es enorme”, zanja Marzal.

3. Transformación digital y gestión de datos

Según el informe Insights 2019 de Deloitte, otros de los riesgos a los que se enfrentará el sector serán la transformación digital y gestión de datos. Son muchas las ventajas de estas nuevas tecnologías (mejores protocolos de tratamiento, medicina personalizada o la monitorización del paciente, entre otras), pero también implican riesgos. Principalmente, el de seguridad y cumplimiento regulatorio.

“Los avances en el Internet of Medical Things (IoMT) y las mejoras en la conectividad permitirán a los médicos tener acceso a mucha más información de los pacientes. Por contra, al crecer el número de dispositivos se multiplica también el riesgo de un ataque”, advierte Manel Carpio, Socio de Risk Advisory de Deloitte. Un ejemplo de ello fue la brecha de seguridad descubierta en los marcapasos de Abbot, que se vio obligada a lanzar una actualización para evitar posibles hackeos. Otro el del sistema de salud de Chile, que dejó al descubierto información confidencial de sus pacientes (algunos con VIH, otros con trastornos mentales), y millones de archivos con información como biopsias, análisis clínicos, etc.

Por otra parte, el uso de datos también implica someterse a un marco regulatorio. Y no parece que todas las empresas se estén adaptando. Esta web muestra la lista de las multas impuestas por las autoridades de protección de datos de la UE, siendo las telco y aerolíneas las peor paradas en España. Sectores que ‘abrazaron’ la tecnología mucho antes que el sanitario. Dentro de nuestras fronteras, la AEPD también cuenta con su particular ‘lista negra’.

"Es necesario armonizar el ingente conocimiento que ya se tiene de las personas, con las expectativas de privacidad que tienen esas mismas personas”

Pablo Fernández Burgueño es el abogado que derrotó en Europa y contra todo pronóstico al gigante tecnológico Google, logrando que el TJUE reconociera el derecho al olvido. El teléfono del que probablemente sea uno de los más capaces juristas especializados en Protección de Datos de nuestro país no para de comunicar todo el día pero, después de mucho insistir, responde escueto con una voz de barítono que parece sacada de una caverna: “A día de hoy todavía existen marcas que no avisan correctamente del uso de datos". ¿Como cuáles?, le pinchamos. "Hoy mismo estrené un cepillo de dientes que se conectó a mi smartphone avisando de que no compartiría mi información personal con empresas fuera del grupo, obviando a las de dentro y asumiendo el riesgo de ser multada. Pero me encuentro este tipo de casos todos los días”. Según la AEPD, cada una de las marcas que integra un grupo es responsable del fichero de datos de sus correspondientes empleados. Tampoco es legal no especificar con qué empresas se comparte información. “El principal reto al que se enfrenta el sector es el de armonizar el ingente conocimiento que ya se tiene de las personas, con las expectativas de privacidad que tienen esas mismas personas”, añade el ahora Advisor New Law de PWC desde el sepulcral silencio de su despacho.

4. Sostenibilidad

“El sistema de salud se ha olvidado del paciente. Fíjate en Amazon, Airbnb o Uber. Todos ellos cuidan hasta el extremo la experiencia de usuario, lo que les permite optimizar recursos y ser más sostenibles”. Para Domingo Marzal la sostenibilidad es un problema que afecta al sector desde hace mucho tiempo, y no solo ahora. “El sector se gasta en prevención solo el 4% de sus recursos. El resto, en resolver problemas”, añade en un tono cáustico.

Según Nielsen, la adopción de modelos de economía circular por parte de las compañías será clave en los próximos años. Sin embargo, hoy en día son muy pocas las innovaciones que están alineadas con valores sostenibles. De acuerdo a la investigación llevada a cabo por John Browne publicada en su libro Connect: How companies succeed by engaging radically with society, solo un 34% de los CEOs afirma estar llevando a cabo acciones sostenibles. Opinión compartida por el informe de PWC New Health: A vision for sustainability, que denuncia el estatismo del sistema sanitario todavía orientado a tratar enfermedades en lugar de prevenirlas.

“La clave está en saber qué va a necesitar el paciente antes de que él lo sepa”

“Este cambio de paradigma, donde la sostenibilidad ha ganado peso y tiene un impacto directo en la reputación, va de la mano de una nueva ciudadanía, mucho más comprometida y concienciada”, argumenta al respecto Ángel Alloza. No le falta razón. Según RepTrak el 40% de la reputación de una empresa ya depende de sus prácticas responsables. La ciudadanía, hoy más que nunca, es consciente de la relación existente entre sus acciones y el entorno que les rodea. Pero, ¿cómo puede ser más sostenible el sector de la salud?

Los expertos apuestan por la medicina digital que permite al paciente ser protagonista de su propia enfermedad. “La clave está en saber qué va a necesitar antes de que él lo sepa”, aclara Marzal. En este sentido los datos son capaces de permitir anticiparnos a sus problemas y solucionarlos antes de que ocurran. Lo que se traduce en una optimización de recursos y reducción de costes. O dicho de otra forma: siendo más sostenibles.

Salud y reputación: claves para reforzarla

No se puede controlar la reputación de una compañía pero sí fortalecer. Afrontar una crisis con una reputación fuerte te puede permitir salir airoso de ella, como por ejemplo le ocurrió a Johnson & Johnson con el Tylenol. Estas son las acciones que durante este 2020 pueden ayudar a reforzar la percepción del sector de la salud frente a posibles riesgos reputacionales.

1. Alianzas

Las alianzas entre distintos sectores y organizaciones son claves para el nuevo contexto en el que nos encontramos. Su creación también es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU y aparece en el Edelman Trust Barometer. “Si el sector de la salud en Europa apostara más por un enfoque centrado en la creatividad y el conocimiento constante, se podría crear mucho más valor. Para ello, hacen falta alianzas”. No lo decimos nosotros, sino McKinsey. De hecho, las marcas que apuestan por iniciativas creativas incrementan su valor, como se puede comprobar en el ranking de empresas del sector de la salud de Brand Finance.

La pregunta es, ¿con quién? Ya existen por ejemplo nuevos actores como clínicas para personas sanas o startups punteras que están apostando por la experiencia de usuario y la tecnología. Un ejemplo: el fabricante de pulseras Fitbit y Pfizer se han unido para detectar a tiempo y mitigar el riesgo de un ataque cerebral. También hackathons para identificar talento. Auténticos semilleros de emprendedores capaces de aportar nuevas ideas. Un ejemplo de este talento lo tenemos en la startup catalana Made of Genes, que ha creado el primer banco genético en la nube; otro en Ana Freire Veiga, que ha recibido el Premio al Joven Talento Científico al crear un algoritmo (IA) capaz de identificar comportamientos suicidas en los jóvenes analizando sus publicaciones en las redes sociales. Y por último gigantes tecnológicos que ya han metido la cabeza en el sector sanitario: Amazon fabrica wearables que sirven para monitorizar patologías vasculares o diabetes, y ya cuenta con su propia marca Basic Care; además de Google, Samsung o Apple que están metidos en el negocio del big data a través de dispositivos de monitorización, recabando millones de datos sobre nuestra salud.

"Si el sector de la salud apostara más por la creatividad se podría crear mucho más valor. Para ello, hacen falta alianzas"

2. Innovación

En 1995, Steve Jobs declaró en una entrevista que le hicieron para el proyecto de historia oral del Smithsonian Institution, que uno de los mayores problemas a los que se enfrentan las empresas consolidadas (y, para el caso, el común de las personas), era el estancamiento: "La mente humana se estanca en maneras fijas de contemplar el mundo”. Según el barómetro de confianza del sector salud de Edelman, la aplicación de la tecnología tendrá un impacto positivo en los próximos años (IA, big data o genómica por ejemplo). Pero unas marcas lo lograrán antes que otras, lo que dependerá principalmente del porcentaje de tiempo que inviertan en pensar en el futuro y de la atención que le presten al usuario final. En su afán por no quedarse atrás en el mercado, existen empresas que invierten en apps e innovaciones no muy útiles en la práctica, olvidándose de lo más importante: el paciente. “Las tecnologías per se no son más que eso, tecnologías. Lo que hay que saber es qué quieres hacer con ellas”, nos reconoce al respecto Jesús Jerónimo, Director de Disrupción y Desarrollo Digital de Sanitas. Dicho de otra forma, primero centrarse en el paciente y en qué es lo que necesita, y después pensar en qué tecnologías nos van a ayudar a lograrlo.

Una buena forma de hacerlo es escuchándoles. La co creación por ejemplo, es una metodología que busca involucrar directamente al usuario final en un proceso de innovación aportando beneficios tales como una mayor productividad, menores costes de investigación y desarrollo o reducción de riesgos, entre otros. Algo parecido al efecto Tom Sawyer. En la novela de Mark Twain castigan al protagonista a pintar una valla y este convence a sus amigos de que la pinten por él. Aquí la empresa convence al usuario para que le ayude a idear productos.

“Las tecnologías per se no son más que eso, tecnologías. Lo que hay que saber es qué quieres hacer con ellas”

3. Comunicación

Hasta los años 90 del siglo pasado, las organizaciones se gestionaron otorgando el máximo valor al producto o servicio, elementos que eran difícilmente imitables. Lo que venía a explicar por qué los activos tangibles representaban en ese ciclo económico el 80% de su valor. “Hoy, las decisiones de compra están motivadas ya no solo por el producto, sino por lo que significan. Es decir, por los valores y creencias de la propia empresa. El propósito es la piedra angular de cualquier proyecto empresarial ya que te permite expresar quién eres, para qué estás en el mundo, cuáles son tus valores y cuál es tu contribución y promesa. Aquello que nos hace únicos y que nos define”, concluye Ángel Alloza.

La comunicación corporativa debe estar estrechamente relacionada con el propósito y la estrategia global de la compañía. En el proceso de construcción de esa identidad fuerte es crucial tener unos objetivos claros. ¿Qué cambios queremos producir en el mundo? Una vez más, para definirlos es necesario que el énfasis no se ponga en la marca sino en respuesta de los grupos de interés. Es decir, las personas.

En el proceso de construcción de una identidad fuerte es crucial tener unos objetivos claros. ¿Qué cambios queremos producir en el mundo?

4. Transparencia

Las organizaciones se enfrentan al gran reto de gestionar la confianza y reputación ante los cambios de comportamiento del consumidor y los nuevos hábitos de una ciudadanía cada vez más digital. Además, los consumidores de hoy en día disfrutan de un grado de conocimiento sin precedentes sobre las prácticas empresariales de cualquier compañía gracias a internet y a la enorme difusión de las críticas de las ONG. Saben que reconocer un problema es el primer paso para solucionarlo.

En este sentido, no vale solo con contar. También hay que hacer. Un mal común en las compañías es apostar por acciones de comunicación sin llevar a cabo acciones que sostengan esos mensajes o palancas discursivas. El sector de la salud cuenta con herramientas como el blockchain capaz de ayudar a evidenciar las buenas prácticas en materia de transparencia (con los historiales clínicos, precios o smart contracts por ejemplo). ¿Quieres saber más sobre cómo reforzar tu reputación? Puedes consultarnos aquí.