Carbonero, ese oscuro objeto de deseo
Pese a que el cancerbero de la Selección intentaba conquistar a Sara desde 2009, no fue hasta marzo de 2010 cuando las revistas confirmaron el romance. A excepción de alguna pillada nocturna de la nueva pareja de moda, Sara Carbonero e Iker Casillas no dieron muestras de amor hasta que acudieron al Masters Series de Madrid, celebrado en la Caja Mágica.
A las pocas semanas de conocer el affaire, se supo que la periodista sería la encargada de entrevistar a los jugadores a pie de campo en el Mundial de Sudáfrica. Esta información desató la ira del presidente de la APM que recriminó a la joven mezclar "amor y trabajo". A pesar de ser su primer Mundial como periodista, Sara se trajo el mejor de los triunfos: un novio campeón del mundo.
El beso con el que Casillas quiso celebrar el triunfo de la Selección fue incluso mucho más comentado que la hazaña deportiva en sí misma. Telecinco llegó a pedir dos millones de euros por las imágenes.
Al llegar a España, la locura que se desató convirtió a Sara en verdadera protagonista de la historia. Todo el mundo quería saber si Iker cumpliría con la promesa de casarse si ganaba el Mundial.
Semanas antes de partir a Sudáfrica, Iker Casillas llevó a Sara a conocer a la abula Nicasia.
La pareja se fue de vacaciones a Estados Unidos y terminó cerrando periplo en casa de Eva Longoria.
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