Antes y después: la evolución de las grandes ciudades en el último siglo
No hace falta retroceder mil años para apreciar la evolución en las poblaciones humanas. El último siglo ha supuesto una transformación feroz de las principales ciudades
Seúl fue la capital de Corea durante 600 años y a comienzos del siglo XX este era su aspecto.
Tras la guerra y fragmentación del país en dos partes, Seúl se convirtió en la capital de Corea del Sur y comenzó su transformación en una megápolis repleta de rascacielos.
Algunas ciudades han sido erigidas de la nada en apenas unas décadas. Es el caso de Dubái, que con el descubrimiento de petróleo en los 60 sufrió siglos de desarrollo acelerados.
Hoy, una imagen de la capital árabe parece indistinguible de Tokio o Nueva York debido a su horizonte de rascacielos, algunos de los cuales son los más altos del mundo.
El Templo Expiatorio de la Sagrada Familia comenzó sus obras allá por 1882, pero la muerte de Gaudí en 1926 retrasó el final del proyecto.
Hoy en día su construcción continúa entre críticas y alabanzas, mientras la catedral queda rodeada por más y más edificios. Se supone que su construcción finalizará en 2026. Toquemos madera.
Hasta los años 70 fueron los cigarrillos los que ocuparon esta posición privilegiada en la Gran Vía madrileña.
A comienzos de los 70, el famoso cartel de Schweppes ocupó su lugar. Y por muchos años.
La Segunda Guerra Mundial borró del mapa a la capital japonesa.
Pero no hicieron falta muchos años para que resurgiera de sus cenizas. Ahora es la mayor megalópolis de la Tierra, con más de 13 millones de habitantes.
El Jesucristo más grande del mundo no siempre vigiló la ciudad brasileña de Rio de Janeiro. Su inauguración fue en 1931.
La enorme figura de 30 metros poco ha cambiado en sus casi cien años de vida, pero la ciudad a sus pies ha experimentado un crecimiento económico sólo superado por el de Sao Paulo, hasta el punto de que muchas personas piensan que es la capital del país sudamericano.
La City de Londres ya estaba ahí a comienzos del siglo XX, entre niebla y carromatos.
Hoy es una de las ciudades más multiculturales del mundo. El principal centro financiero y cultural del mundo.
Capital del impero otomano durante siglos, Napoleón dijo de ella que, de no existir París, sería la capital del mundo.
Hoy la ciudad combina rascacielos, luces y mezquitas mientras mantiene intacto el encanto otomano que recuerda su glorioso pasado.
Las famosas Torres Gemelas de Nueva York fueron inauguradas en 1973 y fueron uno de los puntos más reconocibles de la ciudad hasta su destrucción en los atentados del 11-S en 2001.
Las torres han caído, pero cada septiembre dos faros simulan la presencia de estos rascacielos, más altos que nunca.
Shanghái es la ciudad más poblada de China, pero a finales de los 80 su aspecto todavía estaba lejos de alcanzar su gloria actual.
Hoy, esta enorme ubre de más de 20 millones de habitantes está repleta de rascacielos de estilos variados que parecen haber sido colocados de forma aleatoria.
No hace falta retroceder mil años para apreciar la evolución en las poblaciones humanas. El último siglo ha supuesto una transformación feroz de las principales ciudades del mundo. Rascacielos, cemento y cristal han sustituido a la madera y las piedras.
En algunos casos la evolución es más bien nacimiento. Ciudades como Dubai han pasado de no ser a ser en apenas unas décadas, mientras que otras como Tokio han resurgido de sus cenizas tras la guerra. Mientras tanto, las obras de la Sagrada Familia resisten ahora y siempre. A veces los cambios también tardan en llegar.
{{ totalrecords }} comentarios
{{ user.alias }}
{{ date }}