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No estás solo: los animales también hacen el ridículo para ligar

La selección natural provoca que algunos seres vivos tengan más descendencia que otros. El problema es que, para conseguirlo, no sólo hay que estar preparado para

La selección sexual provoca que algunos machos se arriesguen a ser cazados por los depredadores. Mientras que las hembras de pavo real son marrones y pasan desapercibidas entre la maleza, sus compañeros exhiben un enorme plumaje muy vistoso que los hace detectables con facilidad.

La danza de apareamiento de los flamencos es insuperable en el reino animal por su comicidad. Para muestra, este simpático vídeo.

Las fragatas son aves cuyos machos tienen una vistosa pechera roja. Durante la temporada de apareamiento, la inflan y emiten ruidos como si fueran ranas para llamar la atención de las hembras.

Imposible no pensar en el creador del 'moonwalk' al ver este vídeo. Los manaquines -también llamados saltarines y bailarines- intentan atraer a las hembras con un baile que encantará a los seguidores del genial músico.

Los narvales son cetáceos de dos metros que, en el caso de los machos, presentan un largo colmillo helicoidal que puede ser tan largo como su propio cuerpo. Aunque no se conoce bien su función, que podría ser la de actuar como sensor, es muy posible que se utilice también durante las peleas entre machos.

Es habitual que los machos de mamíferos sean más grandes que las hembras, pero el elefante marino se lleva la palma. Los dueños de los harenes pesan cuatro veces más que la hembras, hasta cuatro toneladas, la mayor diferencia entre sexos de todos los mamíferos. La cópula se convierte para la hembra en todo un reto para no morir asfixiada.

Las arañas saltadoras, además de adorables, tienen un ritual de apareamiento de lo más curioso. El baile que llevan a cabo los machos para impresionar a las hembras bien podría verse de madrugada en alguna discoteca española.

Los mandriles macho exhiben grandes colmillos y, sobre todo, unos colores muy característicos en la cara.

El ave del paraíso soberbia -se llama así- tiene un collar de plumas que despliega durante la danza de apareamiento, al mismo tiempo que salta alrededor de la hembra y agita sus plumas con sonoridad. Irresistible.

Las parejas de algunas especies de somormujo corren sobre el agua durante la época de apareamiento. Gracioso a la par que tierno.

Los cangrejos violinista machos tienen una pinza mucho más desarrollada que la otra, pues la utilizan durante peleas rituales contra otros rivales. El ganador será quien se lleve a la hembra.

Renos, ciervos, alces, corzos... los machos de muchos ungulados tienen cuernos que no sirven de mucho contra depredadores como los lobos. Su función es la de impresionar a las hembras y competir a cabezazos con otros rivales.

Puesto que muchas aves modernas exhiben apareamientos de lo más vistosos, no es de extrañar que sus antecesores ya los llevaran a cabo. Investigaciones recientes aseguran que los dinosaurios terópodos bien podrían haber tenido comportamientos similares.

 

La selección natural provoca que algunos seres vivos tengan más descendencia que otros. El problema es que, para conseguirlo, no sólo hay que estar preparado para huir y ocultarse de los depredadores: también hay que encontrar pareja.

En ese punto entra en juego la selección sexual, responsable de que en los machos de muchas especies surjan comportamientos y atributos físicos de lo más llamativos.

Tamaños desorbitados, plumajes multicolor, extrañas danzas... Los machos animales no conocen límites a la hora de impresionar a sus compañeras. Y quien no se lo crea no tiene más que pasarse por Razzmatazz a las cinco de la mañana.

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