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Miko, un genio de las matemáticas de solo cinco años

Miguel Secillano III (o Miko, como le llaman sus padres) es un niño de cinco años totalmente normal, que juega y hace las travesuras propias de su

Miko tiene cinco años pero resuelve problemas matemáticos que darían quebraderos de cabeza a más de un adulto.

Es capaz de calcular el volumen de figuras geométricas y resolver problemas de de circuitos eléctricos.

Aquí está en plena acción, dibujando un circuito y calculando su resistencia.

"Con dos años ya leía, fue entonces cuando supimos que tenía buena memoria y lo animamos a leer más", explica a 'Teknautas' Philip John Secillano, el padre de Miko.

A los tres años, Miko podía nombrar en el mapa cualquier país y relacionarlo con su bandera.

Miko muestra interés por muchas cosas y muy variadas: en los últimos tiempos son la física, la anatomía y los idiomas. "Quiere aprender español y chino mandarín", asegura el padre.

El nivel que muestra Miko es el propio de un niño de cuarto de primaria", explica a 'Teknautas' el fundador de la startup educativa que enseña matemáticas Smartik, Javier Arroyo.

Sin embargo, algunos de los problemas que sabe resolver, como los de resistencias y corrientes, alcanzan casi el nivel de la ESO.

También conoce los elementos de la tabla periódica con sus números atómicos, y es capaz de separarlos en gases nobles, metales y demás clases. E incluso cuáles de ellos son radioactivos.

Miko cumplirá seis años en diciembre, y Secillano asegura que de momento va a un colegio privado en el que "disfruta" y que "sacia" sus ganas de aprender.

 

Miguel Secillano III (o Miko, como le llaman sus padres) es un niño de cinco años totalmente normal, que juega y hace las travesuras propias de su edad. Pero en otros aspectos es un chico muy singular, porque es capaz de resolver problemas que muchos compañeros de más edad serían incapaces. De hecho, es posible que algunos de sus cálculos se le resistieran a algunos alumnos de la ESO (y quizá a algunos adultos).

"Con dos años ya leía, fue entonces cuando supimos que tenía buena memoria y lo animamos a leer más", explica a Teknautas Philip John Secillano, el padre de la criatura. Y a los tres podía señalar cualquier país con su capital y su bandera en un mapa.

Al cumplir los cuatro, empezó a mostrar interés por las matemáticas, y entonces su padre comenzó a enseñarle aritmética. Ahora, Miko ha cumplido cinco años y ya es capaz de calcular el volumen de figuras geométricas y resolver problemas de de circuitos eléctricos.

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