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Andrea Bocelli pone magia a la fiesta del Leicester

Un gran día señalado en la historia del club. Un día único e inolvidable. El Leicester City recibió en su propio estadio el trofeo que le

 

Un gran día señalado en la historia del club. Un día único e inolvidable. El Leicester City recibió en su propio estadio el trofeo que le acredita como campeón de la Premier League. Coincidiendo con la visita del Everton, y con el título en el bolsillo desde el pasado lunes, el King Power Stadium se convirtió en el epicentro de la fiesta. Ni un hueco en todo el recinto y alegría desbordada entre una afición que jamás soñó con alcanzar una cota tan elevada. Tras el partido tuvo lugar la protocolaria entrega del trofeo, con jugadores y técnicos recogiendo sus medallas y Wes Morgan pasando a la historia como primer jugador de la historia del Leicester City en tomar entre sus manos un título tan grande. Todos querían tocarlo y nadie quería soltarlo cuando llegaba a sus manos.

Fue una tarde perfecta, con unas prolegómenos cargados de emoción, con un estadio como no se ha visto en toda su historia. Un King Power teñido de azul de un lugar a otro. Antes de que diera comienzo el partido, y como prometió hace días, Claudio Ranieri ingresó en el terreno de juego acompañado por Andrea Bocelli. La ópera quitó protagonismo al balón durante unos intensos y mágicos momentos; el técnico presentó al artista, pidió silencio y el tenor cantó el ‘Nessun Dorma’ ('Nadie duerma'), pieza del acto final de la ópera Turandot, de Giacomo Puccini. Unos minutos que provocaron que más de uno derramara alguna lágrima. Bocelli, antes del partido, saludó a todos los integrantes del equipo en el mismo vestuario.

La fiesta fue total de principio a fin. Antes de que el balón se pusiera a rodar, se repartieron más de 30.000 tickets para ser canjeados por pizzas, detalle de la firma 'Pizza Hut', que de esta manera quiso rendir homenaje a una masa social que nunca dejó de creer. Mientras, el club regaló a los seguidores una cerveza o  botellín de agua, detalle de la firma tailandesa Singha, uno de los patrocinadores oficiales del club del interior de Inglaterra.

El partido en sí fue lo de menos, pero sirvió para comprobar nuevamente que este Leicester City es un equipo poderoso en cualquier terreno de juego. Ante un Everton sin objetivos y en plena depresión, Jamie Vardy, el ídolo local, abrió el marcador en el minuto 4, rematando los de Claudio Ranieri al equipo de Liverpool pasada la primera media hora merced al acierto de Andy King. El segundo tiempo repitió Vardy, que también falló un penalti. Mirallas maquilló el definitivo marcador (3-1) para el Everton. Para acabar una jornada histórica, Wes Morgan -capitán del equipo- recogía el trofeo de campeón de la Premier.

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