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De Tutankhamon a las huellas de Cleopatra, los grandes descubrimientos del Antiguo Egipto

Los arqueólogos descubrieron la semana pasada dos puertas secretas en la tumba de Tutankhamon que podrían conducir a la de Nefertiti. De confirmarse la teoría de

El arqueólogo Nicholas Reeves ha asegurado que ha encontrado pruebas de que la tumba de Nefertiti se encuentra dentro de la de Tutankhamon.

El hallazgo de la tumba de Tutankhamon el 4 de noviembre de 1922 es, sin lugar a dudas, el gran descubrimiento de la historia de la Egiptología. El arqueólogo inglés Howard Carter encontró la tumba en el Valle de los Reyes de Luxor y cuando en febrero de 1923 entró a la cámara funeraria, junto a lord Carnarvon (quien sufragó la expedición), encontró una de las pocas tumbas intactas del Antiguo Egipto con un rico tesoro y el sarcófago y la máscara del faraón niño más famoso de la historia.

Fue otro de los grandes hallazgos encontrados en Egipto en el siglo XX. En 1996 el burro de un guarda del templo de Alejandro el Grande, que paseaba por el oasis de Bahariya, cayó en hueco abierto en el terreno que resultó a ser uno de los mayores enterramientos de Egipto de hace más de 2.000 años. Se calcula que podría haber unas 10.000 momias enterradas en esta necrópolis, de las que ya se han encontrado más de 200 cubiertas con adornos y máscaras de oro.

En 2007 se identificó la momia de la reina Hatshepsut, que llevaba descansando varios años en el tercer sótano del Museo Egipcio de El Cairo mientras se pensaba que estaba perdida. El descubrimiento fue posible gracias a una muela que le faltaba al cuerpo (que fue encontrado en 1903 por Howard Carter en el Valle de los Reyes) y que estaba en un vaso funerario donde fueron guardadas sus vísceras con su nombre, procedente del templo de Deir el-Bahari (que ella misma mandó construir). Hatshepsut fue la más grande de las reinas de Egipto. Hija de Tutmosis I, casada con su hermanastro Tutmosis II, al morir este se convirtió en regente de su hijastro Tutmosis III, pero se autoproclamó soberana con el título de faraón bajo el nombre de Makara.

El italiano Giovanni Battista Belzoni descubrió la tumba de Seti I (el padre de Ramsés II) en 1817, una de las más bellas del antiguo Egipto. Entre 1902 y 1903, Howard Carter la excavó y, como su predecesor, se topó justo al final de la tumba con un túnel cerrado del que recorrieron pocos metros. En 1960 el jeque Alí Abd el Rassul consiguió un permiso para excavarlo y avanzar 136 metros. No fue hasta 2007 cuando Zahi Hawass, entonces ministro de Antigüedades, retomó la excavación. Tres años después pudo terminar los 174 metros de un túnel inconcluso con piezas de cerámica, escaleras decoradas, la maqueta de un barco e inscripciones del arquitecto para los obreros.

El Proyecto Djehuty, liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas español (CSIC), descubrió el año pasado en Luxor un ataúd del año 1600 a.C. de la dinastía XVII del Antiguo Egipto. El sarcófago de madera se encontraba intacto y contenía la momia de un hombre llamado Neb, de unos 35 años. Su relevancia estriba en lo poco frecuente del estilo del ataúd ya que corresponde a la época en la que Egipto no estaba unificada.

Hace ocho años, los arqueólogos identificaron la Pirámide "Headless" (Sin Cabeza), en el complejo funerario de Saqqara (a 20 km de El Cairo), como la cámara de enterramiento del Rey Menkauhor de la V Dinastía, que gobernó hace 4.000 años. La pirámide la descubrió el arqueólogo alemán Karl Richard Lepsius a mediados del siglo XIX y se ha conocido como Pirámide 29.

Bajo el Mediterráneo reposaba durante más de 1.000 años la ciudad egipcia de Thonis-Heracleion. Arqueólogos franceses, liderados por Franck Goddio, la descubrieron en el año 2000. Fue el principal puerto comercial del Antiguo Egipto previo a la fundación de Alejandría.

Un equipo de arqueólogos franceses y egipcios hallaron en 2013 un puerto histórico en la costa del mar Rojo con los papiros más antiguos encontrados hasta el momento. El puerto, que se remonta a la época del faraón Keops, el segundo rey de la IV dinastía que reinó hace más de 4.500 años, se ubica en la zona de Wadi al Gurf a 180 kilómetros al sur de la ciudad de Suez, en el este del país.

El año pasado se encontró una tumba en el Valle de los Reyes con los restos de unas cincuenta momias que datarían del Imperio Nuevo faraónico (1539-1075 a.C.). Los cuerpos embalsamados, rodeados de restos de ataúdes de madera, textiles o vasijas, corresponden a la XVII Dinastía, a la que pertenecieron faraones como Tutmosis III, Akenatón o Tutankhamón.

Así fue apodado este hallazgo descubierto en 2009 por el investigador español del CSIC José Manuel Galán. Se trata de una cámara sepulcral pintada hace 3.500 años en Luxor, que pertenece a Djehuty, un alto cargo de la época. Tiene las paredes y el techo completamente pintados con dibujos y jeroglíficos del Libro de los Muertos.

Hace cinco años se descubrieron las tumbas con los restos de los trabajadores que supuestamente participaron en la construcción de la gran pirámide de Keops, en El Cairo. Algunos de estos enterramientos pertenecen también a trabajadores que participaron en la erección de la pirámide de Nefrén, que reinó durante los años 2.576 y 2.551 antes de Cristo.

En 2013 se descubrió un recinto religioso de la época de Ramsés II (1304-1237 a.C.) en la ribera oeste del río Nilo. En el recinto religioso se encontraron dos dinteles en los que se representa al sacerdote Jonsu y dos estatuas esculpidas en granito negro, una de ellas del propio faraón Tutmosis III.

Arqueólogos franceses y egipcios recuperaron hace unos meses un tesoro escultórico en los templos de Karnak, tras excavar un pozo descubierto en diciembre 2014 cerca del templo del dios Ptah. Han encontrado 38 estatuas, estatuillas y objetos preciosos, haciendo de este un hallazgo excepcional, tanto por la cantidad y calidad de los objetos religiosos a la luz.

Parece que la tumba de Cleoprata será uno de los próximos grandes descubrimientos. El hallazgo de una estela contemporánea a la piedra Roseta e idéntica a otra en el templo de Philae (en Luxor) refuerza la teoría de que la última reina del Antiguo Egipto fue enterrada en el templo dedicado a la diosa Isis, en la ciudad ptolemaica de Taposiris Magna, en Burg al Arab (Alejandría).

 

Los arqueólogos descubrieron la semana pasada dos puertas secretas en la tumba de Tutankhamon que podrían conducir a la de Nefertiti.

De confirmarse la teoría de Nicholas Reeves, investigador de la Universidad de Arizona, sería uno de los mayores hallazgos de la Egiptología, que se vendría a sumar a otros grandes hitos como el propio descubrimiento de la tumba del faraón niño en 1922 a cargo de Howard Carter en el Valle de los Reyes, la identificación de la momia de la reina Hatshepsut o el hallazgo del Valle de las Momias de Oro.

En los últimos años también se han realizado hallazgos destacados en relación con el Antiguo Egipto como la ciudad sumergida de Thonis-Heracleion o los tesoros de Djehuty, en un proyecto liderado por el CSIC.

 

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