El tesoro de Osiris sale del fondo del mar
Las ruinas hundidas de las ciudades de Thonis-Heracleion y Canopo se exhiben por primera vez en París en la exposición 'Osiris, misterios sumergidos de Egipto'
Llevaban durmiendo más de 1.000 años en el fondo del mar. Grandes esculturas hechas en granito rosa, pequeñas estatuas de bronce, lámparas de aceite, cuencos y platos para hacer ofrendas, amuletos de oro... Un espectacular tesoro del Antiguo Egipto procedente de las legendarias ciudades Thonis-Heracleion y Canopo que ahora sale de su letargo para verse por primera vez en la exposición Osiris, los misterios sumergidos de Egipto, que llega el próximo mes (del 8 de septiembre al 31 de enero) al Instituto del Mundo Árabe de París.
En el año 2000, un equipo de arqueólogos submarinos liderado por Franck Goddio descubrió la ciudad perdida de Thonis-Heracleion (sus nombres egipcio y griego, respectivamente), sumergida en el delta del Nilo (en la bahía de Abukir). Fue uno de los mayores descubrimientos arqueológicos de los últimos tiempos -muchos lo han comparado con Pompeya- y sacó a la luz una opulenta civilización detenida en el tiempo y en el Mediterráneo que estaba considerada una leyenda de la mitología clásica. De hecho, su nomenclatura griega se atribuye a una visita de Heracles (Hércules) y Herodoto, el historiador griego del siglo V a.C, describe en sus textos uno de sus grandes templos y la cita como la ciudad a la que acudieron Paris y Helena antes de la Guerra de Troya.
Fundada en el siglo VIII a.C. y desaparecida en el VIII d.C. al parecer a causa de fenómenos naturales, Thonis-Heracleion era una de las ciudades más prósperas de la zona gracias a su actividad marítima y comercial, posición que mantuvo hasta que se fundó Alejandría. Da buena cuenta de su importancia en las comunicaciones marítimas como puerto de entrada a Egipto el hallazgo de más de 64 barcos de entre los siglos VIII y II a.C. y de 700 anclas -una de las mayores colecciones históricas del mundo-.
También han aparecido más de 300 estatuillas y amueltos pertenencientes al periodo tardío y helenístico de Egipto, la mayoría con representaciones de Osiris, Isis y Horus, utilizados durantes las ceremonias rituales en honor al dios egipcio conocidas como Los misterios de Osiris. Goddio encontró restos del antiguo templo de Amón de El Gereb e inscripciones del Decreto de Canopus que describen la importancia de las donaciones, los sacrificios y las procesiones del agua que se hacían en honor a Osiris.
Entre los más de 250 objetos de la muestra también los hay encontrados en Canopo, otra de las ciudades sumergidas (debe su nombre, según describió el poeta Nicandro, a que Canopus, el timonel del rey Menelao, murió mordido por una víbora en ese lugar) famosa por el culto a Serapis y a Osiris. Ambas ciudades estaban estrechamente ligadas por una procesión marítima en honor a Osiris.
Goddio, fundador del Instituto Europeo de Arqueología Subacuática (IEASM) que está trabajando conjuntamente con el Centro de Arqueología Marina de la Universidad de Oxford y arqueólogos egipcios, ha asegurado que en la exposición "habrá muchos objetos importantes que nunca antes se han visto, incluso en Egipto, porque han sido descubiertos recientemente en nuestras inmersiones bajo el agua".
La realidad es que a estas excavaciones les queda mucho recorrido porque, según apunta el doctor del centro británico Damian Robinson a The Guardian, "es probable que haya dos ciudades sumergidas, tal vez tres". Goddio está actualmente centrado en la topografía de la zona, pero, añade, "probablemente sólo hemos excavado el 1 o 2% de la zona, posiblemente menos". La zona sumergida tiene unos 110 km. cuadrados.
La exposición en la capital francesa recorrerá la importancia del culto a Osiris en estas ciudades costeras abordando el mito del dios de la resurrección -Osiris fue asesinado por hermano Seth, su mujer Isis logra recuperar su cuerpo y concebir póstumamente a Horus, hijo de ambos que destronaría a Seth-, las excavaciones arqueológicas y las evidencias encontradas de las ceremonias en honor a Osiris y, por último, su evolución y adaptaciones a lo largo de la historia y la geografía.
Entre los objetos rescatados de las profundidades del antiguo puerto de Alejandría, se podrá ver una lámpara de aceite usada en las ceremonias; restos de sacrificios de animales; una cerámica del dios Bes con una daga, protector contra las fuerzas malignas; barcazas ceremoniales rituales hasta ahora desconocidas; una realista cabeza de granito de la época de Ptolomeo de un sacerdote negro; bases de columnas; un fragmento de las Naos de las Décadas (un monolito de granito que es el calendario astrológico más antiguo del mundo) o amuletos de oro. También habrá esculturas procedentes del Museo Egipcio de El Cairo.
Llevaban durmiendo más de 1.000 años en el fondo del mar. Grandes esculturas hechas en granito rosa, pequeñas estatuas de bronce, lámparas de aceite, cuencos y platos para hacer ofrendas, amuletos de oro... Un espectacular tesoro del Antiguo Egipto procedente de las legendarias ciudades Thonis-Heracleion y Canopo que ahora sale de su letargo para verse por primera vez en la exposición Osiris, los misterios sumergidos de Egipto, que llega el próximo mes (del 8 de septiembre al 31 de enero) al Instituto del Mundo Árabe de París.