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Muere Carmen Sevilla, la Venus del cine español que nos vendió cupones de la ONCE
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EN UN HOSPITAL EN MADRID

Muere Carmen Sevilla, la Venus del cine español que nos vendió cupones de la ONCE

La artista ha fallecido en el hospital en el que ingresó el pasado fin de semana. Pese a los años en los que no ha habido noticias sobre ella, seguía siendo una de las personas más queridas de nuestro país

Foto: Carmen Sevilla, en una imagen de archivo. (Europa Press)
Carmen Sevilla, en una imagen de archivo. (Europa Press)
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El alzhéimer ha podido finalmente con Carmen Sevilla. La artista, una de las más queridas de nuestro país y bella oficial del cine español, ha muerto este martes, según ha confirmado Europa Press, a los 92 años, en el hospital madrileño en el que ingresó en estado grave hace unos días, dejando a su paso una infinidad de películas, varios programas de televisión y un carácter que la convirtió en un personaje de gran calado popular.

En los últimos años, la artista permaneció en su hogar prácticamente enclaustrada, bajo la atenta mirada de su hijo Augusto y de un buen número de amigos que acudían a visitarla para certificar que, efectivamente, la enfermedad del olvido había robado sus mejores recuerdos a la actriz y presentadora. “Cuando voy a verla, ella se pone muy contenta, incluso cuando se pone a recordar alguna de las canciones que ha cantado a lo largo de toda su vida”, recordaba su amigo Moncho Ferrer hace unos años para Vanitatis.

placeholder Carmen Sevilla, en la Semana Santa de Málaga. (Cordon Press)
Carmen Sevilla, en la Semana Santa de Málaga. (Cordon Press)

El alzhéimer supuso un trago amargo para todos aquellos que la querían. Un día, mientras grababa Cine de barrio, Sevilla ya dio síntomas del mal que la acompañaría los últimos años de su vida. En el plató estaban presentes personajes como la locutora y actriz Juana Ginzo. El diálogo con ella era difícil. “¿Te acuerdas de Luis Mariano?”, le decían. “¿Quién era?”, replicaba la entonces presentadora del espacio. “Protagonizó contigo Violetas imperiales, Carmen”. La anécdota, confirmada a este portal por algunos de los que la presenciaron, fue uno de los detonantes que provocaron que la estrella tuviese que abandonar el espacio, que acabó presentando Concha Velasco desde 2009. Desde entonces, la información sobre ella fue menguando inevitablemente, y sus apariciones en los medios también. “Hace tiempo que no la veo. La llamé por teléfono y me atendió muy bien. Tiene momentos en los que te reconoce y otros en los que no”, declaró a este portal hace años otro de sus buenos amigos, el veterano periodista Javier de Montini.

Cine folclórico, destape y un fracaso sentimental

De la mano de la compañía de Estrellita Castro, la sevillana María del Carmen García Galisteo se subió a un escenario por primera vez cantando y bailando a los 14 años. Quedaban décadas para la llegada del cuponsito, ese que la introduciría como una abuela entrañable a una nueva generación de españoles. A finales de los años 40, una adolescente Carmen Sevilla entró de lleno en el cine de cartón piedra de directores como Juan de Orduña que ofrecía la productora Cifesa. Su belleza llamaba poderosamente la atención a los espectadores de posguerra que estaban sedientos de glamur. Su primer papel protagonista fue al lado de Jorge Negrete, todo un sex symbol acartonado de los de bigote estrecho, en Jalisco canta en Sevilla, pero fue en los años 50 cuando se convirtió en carne de cine folclórico y nacional.

placeholder La actriz, en 'Violetas imperiales'. (Cordon Press)
La actriz, en 'Violetas imperiales'. (Cordon Press)

Envuelta en trajes de faralaes, cantando copla y bailando, ya con el nombre artístico de Carmen Sevilla protagonizó películas de gran calado popular como Violetas imperiales al lado de un cantarín Luis Mariano. La pícara molinera o La fierecilla domada la convirtieron en una estrella que parecía la antítesis de ese otro cine comprometido que por entonces filmaban Luis García Berlanga o Juan Antonio Bardem. Sin embargo, ella se alejó de lo convencional para rodar para este último La venganza. En esa última película, el actor Raf Vallone se quedó prendado de su belleza. No fue el único: a principios de la década, uno de sus primeros amores, el torero mexicano Carlos Arruza, le había pedido que abandonase la gran pantalla para casarse con él. La Sevilla le dio un no por respuesta. De cualquier forma, aquella incipiente carrera y sus primeros amores eran vigilados muy de cerca por su madre, la severa doña Flora. El eterno cuento de la folclórica y su progenitora-cuidadora.

En los años 60, cuando ya era todo un icono sexual y había rechazado a pretendientes como Cantinflas o el mismísimo Sinatra, que la persiguió en uno de sus muchos viajes a España, llegaría su primera boda con el músico Augusto Algueró. Se casaron en la basílica del Pilar, un 23 de febrero de 1961, y tendrían un hijo llamado igual que su padre. Ella dijo que había llegado “virgen” al matrimonio, tal y como se había propuesto siendo tan solo una adolescente de educación conservadora y estrictamente católica. “Fue un flechazo, me encantaba la manera de tocar el piano que tenía y lo coqueto que era, y..., además, vestía tan bien. En aquellos momentos, fue todo un caballero conmigo”. Sin embargo, los escarceos amorosos del músico derivarían en un divorcio que tendría lugar en 1974, justo cuando ella trataba de relanzar su carrera como mito erótico en pleno destape, dejando atrás la imagen pura y virginal que había cultivado dos décadas antes. Películas como No es bueno que el hombre esté solo le ayudarían a hacerlo. “Lo que no consiento es que se pasee con cualquier puta de la Gran Vía y luego se venga a acostarse conmigo como si nada”, le contó una vez al periodista Manuel Román.

placeholder Sevilla, en su boda con Algueró. (Cordon Press)
Sevilla, en su boda con Algueró. (Cordon Press)

Relanzada por Valerio Lazarov

A principios de los 90, con la llegada de las televisiones privadas, Carmen Sevilla era ya un cuento lejano para la mayoría de los españoles. Casada con el empresario Vicente Patuel desde 1985, vivía tranquilamente retirada junto a él en una finca de Extremadura, junto a sus celebérrimas ovejitas. Sin embargo, uno de los impulsores de ese nuevo tipo de televisión, Valerio Lazarov, la convencería para ponerse al frente del Telecupón, el pequeño espacio de Telecinco que ofrecía en directo el sorteo del cupón de la ONCE y en el que muy pocos verían a una actriz o a la folclórica que en los 60 había anunciado, por ejemplo, los electrodomésticos Phillips.

Sin embargo, sus errores frente a las cámaras del programa fueron legendarios, imitados una y mil veces por humoristas que intentaban repetir meteduras de pata como aquella salida al plató en zapatillas de casa. Nada menos que seis años estuvo presentando el programa en Telecinco, convirtiéndose de nuevo en uno de los rostros más populares de un país que se modernizaba a medio camino entre gobiernos socialistas, exposiciones universales y Olimpiadas a lo grande. La artista pasó por varias cadenas e incluso mostró a los incipientes medios del corazón el drama vivido por la repentina pérdida de su segundo marido, que se produjo en su finca en abril del año 2000.

placeholder Carmen Sevilla, en tiempos del 'Telecupón'. (Telecinco)
Carmen Sevilla, en tiempos del 'Telecupón'. (Telecinco)

La última polémica que la acompañó tuvo que ver con sustituir a José Manuel Parada al frente del programa Cine de barrio en Televisión Española en 2003. En el espacio cinematográfico también hizo gala de su espontaneidad a la hora de confundir nombres, hacer gracietas y deleitar al respetable de mayor edad con su característico y cantarín acento andaluz. Sin embargo, las gracias empezaron a revelarse como graves despistes que la acabaron retirando del programa, que a partir de 2010 presentó Concha Velasco. La propia Inés Ballester, que tuvo que presentar mano a mano con ella durante unos meses, confesaba que no había sido una “experiencia agradable” porque la artista creía que le iba “a quitar el sitio”.

En 2012, se hizo público su alzhéimer y, poco antes, había cumplido los 81 saliendo a hablar con unos periodistas que se quedaron atónitos ante la incoherencia de sus palabras. "Me aburro mucho, no me gusta la rutina", confesaba en sus últimos años, "pero me dicen que ya no estoy para trabajar...", añadía con cierto tono de tristeza. Cuando en 2005 presentó un libro de memorias escritas por Carlos Herrera aseguró que “ahí está contada toda mi vida, aunque hay cosas que no he contado y que le he dicho a Carlos que las cuente cuando me muera”. Solo el tiempo dirá si el periodista cuenta o no esas cosas que quedaron en el tintero de esta sex symbol patria que protagonizó 75 películas, besó al mismísimo Charlton Heston en la gran pantalla, crio ovejas y vivió seis décadas de la historia de un país que la convirtió en uno de esos iconos pop que ya pertenecen a otro siglo y a otros tiempos que, por suerte o por desgracia, nunca volverán.

El alzhéimer ha podido finalmente con Carmen Sevilla. La artista, una de las más queridas de nuestro país y bella oficial del cine español, ha muerto este martes, según ha confirmado Europa Press, a los 92 años, en el hospital madrileño en el que ingresó en estado grave hace unos días, dejando a su paso una infinidad de películas, varios programas de televisión y un carácter que la convirtió en un personaje de gran calado popular.

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