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País Vasco vuelve a ser un polo de migración desde el final del terrorismo

Texto por Javier G. Jorrín, María Zuil y Jesús Escudero
País Vasco
Llegadas a Madrid y Barcelona Resto de migraciones

En el año 2001, los investigadores Alberto Abadie, de la Universidad de Harvard, y Javier Gardezabal, de la Universidad del País Vasco, publicaron un detallado estudio titulado ‘Los costes económicos del conflicto: un estudio caso-control del País Vasco’. Se trataba de uno de los primeros estudios, a nivel global, que analizaba el coste económico provocado por el terrorismo. Sus descubrimientos fueron contundentes.

En las dos décadas que van desde el inicio de la Transición hasta finales de los noventa el PIB per cápita del País Vasco se desvió un 10% respecto a sus regiones comparables. No significa que se frenara el crecimiento, sino que fue muy inferior al que podría haber sido sin terrorismo. No solo eso, sino que “los cambios en el PIB per cápita se muestran asociados a la intensidad de la actividad terrorista”, escriben los autores. Esto es, el impacto no era homogéneo en todos los años, sino que oscilaba en función de la actividad de la banda armada.

Euskadi recupera peso en el PIB nacional

Porcentaje de participación en el PIB nacional

Castilla y León C. Valenciana Galicia País Vasco

Fuente: Ángel de la Fuente (Fedea)

En los años del plomo el PIB del País Vasco bajó un 10% comparado con otras regiones similares

Los investigadores también analizaron la acumulación de capital en el País Vasco en comparación con España durante la tregua de los años 1998 y 1999. Encontraron que las empresas vascas tuvieron un incremento del capital durante el alto al fuego superior al de las españolas y que lo perdieron cuando acabó la tregua. Además, la valoración de mercado de las empresas españolas era superior al de las vascas atendiendo a su precio en libros, lo que significa una menor confianza en el desempeño económico.

A partir de ese momento se realizaron muchos otros estudios para analizar el coste del terrorismo en el País Vasco, con cifras que alcanzan los 25.000 millones de euros. Sea cual sea su coste, lo que está claro es que el País Vasco perdió su condición de líder económico de España durante las décadas de más acción de ETA… y que ahora está recuperando el terreno perdido.

Los flujos de población son el reflejo perfecto de la situación en la comunidad, ya que responden tanto a la situación económica como a la social. Euskadi es hoy una región dinámica y que goza de paz en su sociedad, lo que la convierte en un foco atractor de población.

País Vasco vuelve a atraer población

Saldo migratorio en personas

Gipuzkoa Bizkaia Álava
País Vasco vuelve a atraer población

Fuente: Estadística de variaciones residenciales, INE

A finales de los ochenta, durante los años de plomo, el País Vasco tenía una salida neta de población superior a las 10.000 personas al año. Este éxodo de población se moderó con el cambio de siglo, coincidiendo también con un descenso de la actividad terrorista. El cambio de tendencia se completó en 2008, primer año en el que el País Vasco tuvo un saldo positivo de población con el resto de España desde que existen registros del padrón. Desde entonces, la comunidad ha ganado población con el resto de España todos los años.

De esta forma, si a finales de los ochenta las salidas del País Vasco suponían el 6,5% de todas las migraciones de España, actualmente representan menos del 3%. Por el contrario, las llegadas desde otras comunidades se han mantenido relativamente estables en torno al 3%, de modo que en los últimos diez años la inmigración ha superado a la emigración.

Compare el flujo migratorio entre dos provincias

En personas

Fuente: Estadística de variaciones residenciales, INE

Javier Sopuerta fue uno de los que dejó Euskadi a finales de los 80. En su caso, fue la centralización lo que marcó su destino hacia Madrid. Petronor, la empresa para la que trabajaba, fue absorbida por Repsol y parte de la empresa se trasladó a la capital. “Entonces cambiar de ciudad era diferente; a nivel de comunicaciones y transporte, parecía que estabas más lejos. Ahora la distancia Madrid-Bilbao parece una tontería”, cuenta.

Cuando Javier llegó a la ciudad con su mujer y sus hijos, lo primero que hicieron fue apuntarse a la Euskal Etxea -Casa Vasca-, punto de encuentro de la migración de entonces. “Me apunté entre otras cosas porque soy del Athletic y así podía ver los partidos con gente de mi equipo. Fue algo más emocional y sentimental”, explica. Ahora es el secretario de la asociación, desde donde ve cómo las nuevas generaciones necesitan cada vez menos este punto de encuentro para mantener la conexión con su tierra: “Los jóvenes no se apuntan, y los mayores se van muriendo…”, bromea.

Javier Sopuerta llegó a Madrid hace 30 años desde Euskadi
Javier Sopuerta llegó a Madrid hace 30 años desde Euskadi

Euskadi representaba el 6,5% de las emigraciones en los años 80. Ahora es menos del 3%

De su generación de la universidad, la mitad también salió del País Vasco, un ejemplo del proceso migratorio que vivió la región. “Había miedo, y mucha gente se fue, sin duda… Además, tuvo un impacto en cómo nos veían desde fuera, en la inversión. Pero siempre he pensado que el espíritu vasco es muy emprendedor y ahora se está viendo. Bilbao ha cambiado muchísimo”, cuenta.

Sin embargo, él no se plantea volver. “Mi sede social ya es Madrid, llevo aquí media vida y en el fondo me siento de aquí, aunque mantenga mis querencias con el País Vasco. Aunque también te digo que ya no se trata de estar aquí o allí; muchos pasamos temporadas en las dos ciudades, sin dejar una por cerrada”, cuenta.

Vizcaya 1988
Llegadas a Madrid y Barcelona Resto de migraciones

En 2011, tras el alto el fuego permanente de ETA, Euskadi recibió el mayor flujo de población de su historia

Un horizonte nuevo

El terrorismo tuvo un coste indudable sobre la actividad económica. En algunos casos fue directo, como el caso del ‘impuesto revolucionario’ que afectó a las pequeñas y medianas empresas. En otros fue indirecto, como la reducción de la inversión procedente de otras regiones o la emigración de población.

En 2006, ETA anunció un alto al fuego tras dos años sin ningún atentado y en 2010 se produjo el alto el fuego permanente. En ese momento, se abrió un horizonte nuevo de oportunidades para una región con tanto potencial. Justo al año siguiente, en 2011, Euskadi recibió el mayor flujo de población de su historia con un saldo positivo de 4.780 personas con el resto de España.

Su estructura económica le permitió atravesar la crisis mejor que el resto de España gracias al peso de la industria. Pero también la recuperación ha sido intensa en la región, que ha experimentado una auténtica transformación. Tras cinco décadas en las que el PIB del País Vasco creció por debajo de la media nacional, en 2008 consiguió acelerar y crecer por encima. Al cierre de 2018 su producción por habitante superó en un 15% a la del conjunto de España, el dato más alto desde 1990.

La economía vasca repunta en los últimos años

PIB por ocupado, 100=España

Cataluña Madrid Navarra País Vasco

Fuente: Ángel de la Fuente (Fedea)

Durante décadas, Euskadi lideraba el PIB per cápita de España, hasta los 90

Este cambio de tendencia, que se había prolongado durante cinco décadas, solo se comprende en el marco del fin del terrorismo. Después de décadas liderando el PIB per cápita de España, el País Vasco perdió el ‘trono’ en la década de los noventa, superado por Madrid. La mayor brecha entre las dos comunidades se produjo en el año 1996 con una diferencia del 1,5% a favor de Madrid.

A partir de ese momento, a medida que se reducía el terror, el País Vasco ganaba terreno respecto a la capital. Actualmente, el PIB per cápita en Euskadi es un 4% superior a Madrid. En otras palabras: su PIB per cápita ha crecido más rápido que Madrid y que el conjunto de España, a pesar de que su población también se ha incrementado. Sin duda, la paz ha resultado ser un negocio muy rentable.

El resultado es que tras décadas de declive del peso de la economía vasca en el total nacional, en los últimos años está repuntando. Actualmente genera el 6,13% del PIB nacional, casi dos décimas más que en 2004, cuando marcó su mínimo histórico en el 5,97%. Esto significa que la región está creciendo desde entonces a un ritmo superior al conjunto de España.

Euskadi recupera peso en el PIB nacional

Porcentaje de participación en el PIB nacional

Fuente: Ángel de la Fuente (Fedea)

La decadencia de la industria ha sido más que compensada con el ‘boom’ de los servicios de alto valor añadido, lo que indica que la inversión y la creación de empresas ha sido muy intensa en el País Vasco en las dos últimas décadas. Desde el año 2000, el sector que más ha crecido es el de las actividades profesionales, científicas y técnicas, que casi ha duplicado su producción real y el segundo ha sido el de las TIC, con un crecimiento del 80%.

De esta forma, el peso de la industria en el PIB ha caído desde el 28,4% hasta el 26%, hueco que ha sido ocupado por los servicios, que han pasado desde el 53% hasta el 57,7%. Esta diversificación de la economía ha permitido atraer a jóvenes cualificados y, sobre todo, a frenar la fuga de cerebros (‘brain drain’). Un cambio trascendental para la región con lo que evita la descapitalización humana que sí están sufriendo el resto de comunidades de su entorno por el efecto del éxodo urbano.

Vizcaya 2018
Llegadas a Madrid y Barcelona Resto de migraciones

En los últimos años la región se está recuperando y reteniendo la fuga de cerebros

Lorena ha sido una de esos ‘cerebros’ que ha acabado volviendo a sus raíces. Aunque estaba disfrutando de una beca en Euskadi, le surgió una oportunidad en Madrid trabajando en una gran consultora y, como todavía tenía poca experiencia, decidió apostar por pasar un tiempo en la capital. “En Bilbao no puedes trabajar en empresas grandes, hay muchas pymes, eso sí, pero es lo que es. Madrid es más goloso, con mejores sueldos y se concentra más la oferta”, explica.

Se mudó junto a su pareja hace ocho años pero nunca perdió de vista Bilbao, donde acabó volviendo hace cinco. “Siempre lo vi como una etapa de mi vida para aprovechar laboralmente y luego volver. La calidad de vida en Bilbao es mucho mejor”, explica desde Euskadi. “Todo el mundo que conozco, si tuvieran oportunidad laboral, volverían y los que no lo hacen es porque su pareja es de Madrid o porque profesionalmente tendrían que renunciar a algo. Además, ahora parece que laboralmente se mueve más el mercado que cuando me fui. Y la calidad de vida es mejor, aunque llueva”.