En el año 2001, los investigadores Alberto Abadie, de la Universidad de Harvard, y Javier Gardezabal, de la Universidad del País Vasco, publicaron un detallado estudio titulado ‘Los costes económicos del conflicto: un estudio caso-control del País Vasco’. Se trataba de uno de los primeros estudios, a nivel global, que analizaba el coste económico provocado por el terrorismo. Sus descubrimientos fueron contundentes.
En las dos décadas que van desde el inicio de la Transición hasta finales de los noventa el PIB per cápita del País Vasco se desvió un 10% respecto a sus regiones comparables. No significa que se frenara el crecimiento, sino que fue muy inferior al que podría haber sido sin terrorismo. No solo eso, sino que “los cambios en el PIB per cápita se muestran asociados a la intensidad de la actividad terrorista”, escriben los autores. Esto es, el impacto no era homogéneo en todos los años, sino que oscilaba en función de la actividad de la banda armada.