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El futuro psicológico de los bebés de gestación subrogada: "Ser separado marca mucho a la persona"
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El futuro psicológico de los bebés de gestación subrogada: "Ser separado marca mucho a la persona"

Diversos estudios demuestran que los niños adoptados tienen mayor predisposición a sufrir alteraciones de salud mental. Algo parecido empieza a verse con los 'in vitro' que no conocen al padre. ¿Pasará lo mismo con los hijos de vientres de alquiler?

Foto: Foto: iStock.
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Los niños adoptados tienen casi el doble de probabilidades que los criados por padres biológicos de sufrir alteraciones de la salud mental, según varios estudios internacionales. La psicóloga Lara Ferreiro explica a este periódico que entre las más comunes se encuentran los trastornos del estado de ánimo, “como por ejemplo ansiedad o depresión”, y las problemáticas de comportamiento como “trastorno negativista desafiante, trastorno de control de impulsos, TDAH, de conducta…”.

Por su parte, Montse Lapastora, psicóloga especializada en terapia con niños adoptados, aclara a El Confidencial que las alteraciones de la salud mental que desarrollen tendrán que ver con varios factores. La directora de Psicoveritas Centro de Psicología y Adopción apunta a las diversas causas que van desde la edad del adoptado, las circunstancias, la procedencia del niño, la familia en la que acabe y, sobre todo, las vivencias previas: “Los niños adoptados, no por serlo sino por los traumas que han vivido, pueden tener diferentes problemas en su desarrollo”.

Debemos recordar que los primeros momentos de vida son clave para establecer los lazos más básicos que luego configurarán a la persona. “Cuando un bebé nace, la relación que establece con su cuidador es el tipo de vínculo que está aprendiendo no con palabras, sino con su cuerpo y con su mente. Esto lo va a reproducir después con otros vínculos. Si el bebé ha tenido hambre y no le han calmado o ha tenido frío y no le han tapado, lo que su sistema de relación y su modelo de apego va a entender es ‘no soy importante y no me puedo fiar del otro”, ejemplifica Lapastora.

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La especialista en adopción enumera los ejes en los que estos niños que han vivido un trauma pueden desarrollar problemas: aprendizaje, autoestima relacionada con la formación de la identidad y relaciones sociales.

Momentos claves en la salud mental de los adoptados

Lapastora fija en el calendario vital dos momentos en lo que las alteraciones en la salud mental de los niños adoptados pueden aflorar. El primer punto de inflexión se da en torno a los 8 años, cuando “empieza el pensamiento abstracto. En esa edad, los niños son conscientes de lo que significa la adopción y piensan ‘para que me pudieran adoptar me han tenido que abandonar’. Ese es un momento duro, en el que los niños pueden estar mucho más enfadados con el mundo”.

El otro periodo vital clave es la adolescencia, que es “cuando se reedita el vínculo”. En ese momento, los menores necesitan comprobar, simplificando, “que sus padres les van a volver a adoptar”.

Por otro lado, debemos sumar otro punto clave: llegado un momento de la vida, muchos niños quieren saber cuáles son sus orígenes. Algunos solo tienen “curiosidad” por ellos, pero “otros sienten muchísima necesidad de saberlo, para completarse como personas”. Eso sucede porque tienen la pulsión de unir la identidad adoptiva y la biológica: “No es que estén buscando otros padres, sino entender muchas cosas como quiénes son, de dónde vienen y qué son ahora”. “En la búsqueda de orígenes hay muchísima variedad, hay personas que se conforman con saber cuál es el nombre de sus padres, otros van al país y ven de dónde han venido, otros pueden ver a su madre desde lejos, otros quieren tener un contacto…”, detalla la especialista.

Problemas de salud mental en los 'in vitro'

Las madres solteras por elección se han multiplicado exponencialmente en las últimas décadas. Y si miramos en los últimos años, de 2016 a 2020, el porcentaje de mujeres que acuden en solitario a fecundaciones in vitro ha aumentado prácticamente un 50%, una tendencia que se podría extrapolar a otras técnicas de reproducción asistida, como ha afirmado la doctora Elisa Gil Arribas, especialista en salud reproductiva y secretaria de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), durante el evento RISE.

Foto: Una mujer con su hijo en el Retiro en Madrid. (EFE)

Pero, igual que ocurre a los adoptados, los niños que fueron concebidos por esta técnica son más propensos a tener problemas de salud mental, según un nuevo estudio dirigido por investigadores de la University College de Londres (Reino Unido) y la Universidad de Helsinki (Finlandia), publicado en el European Journal of Population. De hecho, ya se comienzan a ver en prensa los primeros reclamos de jóvenes que fueron concebidos de este modo.

Lo que tendrían en común con los niños adoptados es no saber sus orígenes, según destaca Lapastora, “y eso hace tambalear su identidad”. “Aunque son niños que normalmente no han pasado por ningún tipo de vivencias traumáticas, esa necesidad de la búsqueda de origen está ahí”, añade.

¿Y qué pasará con los hijos por gestación subrogada?

Las décadas que los sistemas de adopción llevan en marcha han permitido comprobar en diversos estudios las alteraciones de salud mental que pueden sufrir estas personas. El paso del tiempo desde las primeras in vitro y el aumento de las madres solteras por elección están permitiendo en los últimos años evaluar el estado psicológico de estas personas. En ambas situaciones coinciden muchas afecciones psicológicas como problemas de apego o sentimiento de abandono. Llegados a este punto cabe preguntarse si la salud mental de los niños concebidos por gestación subrogada estará en peligro en los mismos términos.

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En este sentido, la directora de Psicoveritas cree que podrían producirse alteraciones de la salud mental por el trauma del abandono, aunque matiza que es demasiado pronto para saberlo.

“En la maternidad subrogada, ese niño ha sido separado del útero que le ha llevado nueve meses. Nueve meses en los que ha estado con un olor, unas sensaciones, escuchando ruido de fondo… Todo eso es de la madre que lo ha llevado en la tripa. Y hay montones de estudios que dicen que la separación marca mucho a la persona”, explica. Y ejemplifica: “Nosotros trabajamos con adultos que han sido adoptados en España con tres horas de vida y, a pesar de ello, te dicen: ‘Yo no me he sentido abandonado, pero he sentido las consecuencias del abandono’. En el miedo cuando eran pequeños a las separaciones, problemas en las relaciones íntimas…”.

La psicóloga expone que es bastante probable que llegado un punto de su vida se hagan la pregunta de “¿qué le impulsó a esta señora a llevarme en su tripa para luego darme?”, y eso abra la caja de los truenos psicológicos, “y no te digo nada si tenemos a un hijo para que cumpla una función”.

Los niños adoptados tienen casi el doble de probabilidades que los criados por padres biológicos de sufrir alteraciones de la salud mental, según varios estudios internacionales. La psicóloga Lara Ferreiro explica a este periódico que entre las más comunes se encuentran los trastornos del estado de ánimo, “como por ejemplo ansiedad o depresión”, y las problemáticas de comportamiento como “trastorno negativista desafiante, trastorno de control de impulsos, TDAH, de conducta…”.

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