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Así es una vivienda con un sello energético A

El arquitecto Josep Bunyesc construye casas siguiendo los estándares de PassivHaus o arquitectura pasiva. Uno de sus proyectos, Casa Arboretum, cuenta con la máxima calificación energética: A. La fachada

No es una casa con acabados de lujo y, sin embargo, cuenta con la máxima calificación energética. Se trata de una vivienda pensada para reducir al máximo la demanda energética. Y para ello, los esfuerzos se centran en el aislamiento.

La estructura de entramado ligero de madera deja casi la totalidad del espesor del muro libre para colocar aislamiento. En este caso, casi 20 cm de lana de oveja mantienen la temperatura de la casa. La lana de oveja es un material de origen orgánico , renovable y de baja huella ecológica.

Por el exterior se le añade una fachada ventilada de tablones de madera. Y por el interior se deja el acabado de los muros prefabricados. Son tableros de madera reciclada (llamados OSB) barnizados. Las instalaciones se dejan vistas.

La vivienda está pensada para absorber el sol con grandes ventanales en invierno, con vidrio doble capa con cámara de aire que protegen la vivienda del la temperatura exterior. La creación de un patio interior permite llevar la luz y la energía del sol hasta el fondo del edificio.

En verano se protege del sol con protecciones solares (aleros sobre las ventanas y lamas venecianas) y la ventilación cruzada permite que se refresque por la noche. Las carpinterías de las ventanas están colocadas sobre el interior del muro para evitar los puentes térmicos.

El gráfico muestra la temperatura exterior e interior de un día de enero sin gastar energía en calefacción y la composición de la fachada.

 

El arquitecto Josep Bunyesc construye casas siguiendo los estándares de PassivHaus o arquitectura pasiva. Uno de sus proyectos, Casa Arboretum, cuenta con la máxima calificación energética: A. La fachada sur de esta casa, situada en Lérida, tiene un gran ventanal diseñado para la captar el calor del sol. También incorpora protecciones solares para los días cálidos. Su orientación y distribución permiten una ventilación natural cruzada, que refresca la casa en las noches de verano. La piel exterior está compuesta muros y ventanales con elevados niveles de aislamiento. Es una vivienda muy hermética. Utiliza un sistema mecánico de circulación del aire para ventilar, con lo que no es necesario abrir las ventanas en invierno, impidiendo que se escape el calor interior. Placas solares, colocadas en sentido vertical, aportan la energía necesaria para calentar el agua, y con una estufa de biomasa le basta para calentar la casa en los días más fríos.

Fotos: Josep Bunyesc

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