En su primer intento de 2018, la VSS Unity ha logrado un éxito sin precedentes en su vuelo de prueba. Esta nave es la que Virgin Galactic, la "aerolínea comercial espacial" de Richard Branson, tiene en mente para llevar turistas al espacio.

"Además de confirmar el trabajo que ha tenido lugar en el terreno, el vuelo de planeo ha probado la 'performance', estabilidad y control del vuelo transónico", dicen desde la empresa. "Después de la liberación de la nave nodriza VMS Eve, la nave espacial fue inmediatamente empujada hacia un descenso pronunciado, acelerando a Mach 0,9", casi la velocidad del sonido, "que está alrededor de la velocidad máxima que podemos alcanzar sin encender el motor del cohete".

En esta etapa del programa de vuelo de planeo, cada vuelo es esencialmente una carrera para vuelos de prueba propulsados ​​por cohetes. Siempre que es posible, el equipo replica esas condiciones de vuelo motorizadas, por ejemplo, agregando lastre con agua para simular el peso y el posicionamiento del motor del cohete.

Al igual que en vuelos anteriores, el lastre se desprendió a unos seis kilómetros de altura, lo que permitió a los pilotos completar el vuelo y aterrizar en una configuración más ligera, de nuevo simulando las condiciones que se aplican durante el vuelo espacial. "También como un precursor del vuelo motorizado, VSS Unity voló hoy con su sistema de protección térmica (TPS) completamente encendido, lo que asegura que las cargas de calor generadas por la fricción del aire durante el impulso del cohete y la reentrada supersónica no causen daños al vehículo".

Al aterrizar, el avión seguía teniendo buena apariencia, dado que la superficie superior de las alas, previamente blancas, ahora estaban cubiertas con una película protectora plateada.