14 años después de que se idease y dos más tarde de que se aprobase, los espejos que formarán el telescopio más grande del mundo empiezan a construirse en la Universidad de Arizona (Estados Unidos). Allí, investigadores y obreros trabajan sin descanso para conseguir que en 2025 esta obra maestra de la ingeniería moderna pueda estar operativa.

En total, siete espejos como el que aparece en las imágenes, formado cada uno por 20 toneladas de vidrio fundido y pulido, formarán el ingenio que tendrá como objetivo ofrecer a la humanidad imágenes del espacio 10 veces más nítidas que las que ya da el telescopio Hubble. Un avance que puede cambiar toda nuestra percepción del espacio.

Tras construirse y acoplarse, los espejos viajarán a la Cordillera de los Andes, en Chile, donde finalmente se montarán uno junto a otro hasta formar el Telescopio Gigante de Magallanes (GMTO por sus siglas en ingles), el tercero más grande del mundo. "Es un esfuerzo monumental, y el telescopio estará entre las iniciativas científicas financiadas con fondos privados más grandes de nuestros tiempos”, afirmó Taft Armandroff, profesor de Astronomía y director del Observatorio McDonald de la Universidad de Texas en Austin.