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Las veinte criaturas más mortíferas de la naturaleza

Suele decirse que el animal más peligroso de la Tierra es el hombre. Quizá el 'Homo sapiens' haya extinguido a más especies que ningún otro ser

Los guepardos son los reyes de los 100 metros lisos. Pueden superar los 100 km/h en distancias cortas para atrapar a sus presas. Por desgracia, son incapaces de defender una pieza de caza si aparecen rivales como leones o hienas

Los cocodrilos cuentan con las mandíbulas más poderosas del reino animal. Pueden ejercer nada menos que 1.800 kilos de fuerza, por lo que pocos rivales pueden enfrentarse a ellos y sobrevivir

Las manadas de lobo, al contrario de lo que se pueda pensar, no destacan por su estrategia ni su valentía. Más bien apuestan sobre seguro para centrarse en animales enfermos y asustados

Los camaleones tienen una de las armas más curiosas del reino animal: una larga lengua pegajosa que pueden proyectar para cazar presas. Contrariamente a lo que se cree, cambian de color para comunicarse más que para camuflarse

Las pitones asfixian a sus víctimas mediante un abrazo mortal para luego devorarlas enteras. Tras ello necesitan varios días de reposo para lograr digerir animales que en ocasiones son tan grandes como un cocodrilo

Las aves rapaces pueden ver a sus presas desde grandes alturas para caer en picado sobre ellas

Pulpos, sepias y calamares son cazadores muy voraces. Se trata de animales muy inteligentes, con una fuerza considerable para su tamaño

Las orcas son unos depredadores temibles, que 'juegan' con sus presas (como focas) lanzándolas por los aires para cansarlas y evitar que escapen

Uno de los carnívoros más grandes de la Tierra, sin rival en el Ártico. Focas, renos... un oso polar adulto necesita 30 kilos de comida al día. Los esquimales los llaman 'nanook'

No echa fuego por la boca, ni falta que le hace. Un superdepredador que no tiene rival en su ecosistema. Pueden vivir 50 años y, en ausencia de machos, las hembras pueden reproducirse sin necesidad de ellos

Un ser tan desconocido como mortífero. La gamba mantis pega puñetazos que equivalen a un disparo de un calibre 22. Son capaces de matar animales mucho más grandes y hasta romper el cristal de una pecera

El león puede ser el rey de la selva, pero los africanos saben que el animal más peligroso es el hipopótamo. Las peleas entre machos son tan despiadadas que suelen terminar con la muerte de uno de los combatientes

El ser humano no le hace ascos a la violencia, y esa tendencia le viene de familia. Primates como los macacos y los chimpancés son conocidos por ser extremadamente agresivos

Las mangosas son unos animales agresivos que no tienen problemas en enfrentarse a rivales tan grandes como un león o tan peligrosos como una cobra

La hormiga bulldog puede alcanzar los 3 centímetros de longitud, y su agresividad la convierte en la más peligrosa entre sus congéneres. De hecho, su veneno puede llegar a matar a una persona en casos extremos

El tiburón blanco puede superar los 5 metros de longitud pero, a pesar de las leyendas urbanas, los ataques contra seres humanos son muy infrecuentes.

Aunque se hayan convertido en animales domésticos y mascotas, algunos animales como los gatos han evolucionado para ser cazadores certeros

La mantis religiosa puede llegar a cazar pequeños pájaros, gracias a su agilidad y sus poderosos brazos. Tal es su agresividad que en ocasiones las hembras devoran al macho durante la cópula

Aunque no se parezca mucho al personaje de los Looney Toons, los demonios de Tasmania son cazadores feroces. Se trata del mayor marsupial carnívoro que existe, tras la extinción del lobo de Tasmania

Las tarántulas son las arañas más grandes de la naturaleza. Animales venenosos capaces de provocar reacciones alérgicas que, a pesar de todo, mucha gente tiene como mascota

 

Suele decirse que el animal más peligroso de la Tierra es el hombre. Quizá el 'Homo sapiens' haya extinguido a más especies que ningún otro ser vivo, pero muchos otros animales han evolucionado para convertirse en cazadores temibles.

Por tierra, mar y aire, desde el solitario tiburón blanco a las manadas de lobos, estos son algunos de los mayores depredadores del planeta.

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