El descapotable biplaza por excelencia
Desde que llegó al mercado, allá por el año 1954, el SL ha cambiado mucho, teniendo versiones de carrocería cerrada de tipo coupé entre las que
Una mañana soleada en la Costa Azul o en Santa Mónica son los entornos idóneos para un coche que se ha convertido en una leyenda del automóvil.
Lo que se aprecia en el interior del SL es calidad de terminación y clase, es confort y lujo, pero todo ello sin renunciar a la máxima deportividad.
Desde hace años el SL monta un techo duro retráctil que se puede accionar mientras se circula. En las primeras generaciones era un techo de lona, menos sofisticado y confortable.
Este es el puesto de pilotaje de un SL63 AMG, un vehículo que pese a su aspecto lujoso no esconde su deportividad más radical con su motor biturbo con 585 caballos.
Esta es una de las preseries del SL 63 AMG que se han fabricado para su presentación en el Salón de Los Angeles, pero el vehículo no comenzará su producción en serie hasta principios de año.
esta versión SL65 AMG ofrece las prestaciones de un deportivo de altas prestaciones, más caballos que un Lamborghini Huracán Spider, pero con un aspecto más lujoso y elegante
Estos son los asientos del SL63 AMG, en los que sus ocupantes encuentran todo lo necesario para poder circular descapotados casi todo el año. Solo la lluvia nos puede disuadir.
El blanco, un SL63, con sus 585 caballos, ofrece un comportamiento más radical, mientras que el SL500 azul es algo más tranquilo con sus 455 caballos, aunque sin renunciar a deportividad, por supuesto.
Desde que llegó al mercado, allá por el año 1954, el SL ha cambiado mucho, teniendo versiones de carrocería cerrada de tipo coupé entre las que sin duda la más llamativa fue la "Gullwing" o ala de gaviota. Desde los años ochenta el SL solo tiene versiones descapotables.
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