Más de un centenar de lamas de acero permanecen abandonadas desde 2011 en un solar junto a la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia. Son las piezas de la cubierta móvil del edificio Ágora, cuyo cierre original ha sido descartado por su elevado coste y se ha modificado por un sellado menos complejo de instalar con el objetivo de desatascar el final de obra y ceder el espacio para un CaixaForum. El coste de su fabricación y su abandono ha sido cifrado en 13 millones por la Sindicatura de Cuentas valenciana. A esta cantidad habría que sumar los casi dos millones que cuesta sacarlas de donde están, algo que, de momento, la Generalitat no tiene en mente. Los honorarios por completar el edificio (que rondarán los 550.000 euros) y estas piezas sin destino engrosan la última factura del arquitecto Santiago Calatrava con su ciudad.
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