Rumbo al campamento de Qalerallit
La mañana aparecía clara y despejada cuando la zodiac llegó para recoger al equipo en Qassiarsuk. Dos enormes motores Yamaha empujaban dificultosamente a la zodiac a través
La mañana aparecía clara y despejada cuando la zodiac llegó para recoger al equipo en Qassiarsuk. Dos enormes motores Yamaha empujaban dificultosamente a la zodiac a través de los estrechos canales cubiertos por una espesa capa de hielo que iba crujiendo a medida que la quilla reforzada iba quebrándola. Todo hacía presagiar que no podríamos recorrer más de una milla en aquel helado canal de Tunulliarfik.
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