Adiós a Federico Bahamontes: su matrimonio e historia de amor con su mujer, Fermina Aguilar Sánchez

Federico Martín Bahamontes, aunque en realidad se llamaba Alejandro, es una de las leyendas del ciclismo español. Conocido como 'El águila de Toledo' fue el primer profesional de nuestro país que ganaba un Tour de Francia, algo que le llevó al estrellato. Sin embargo, su éxito va mucho más allá del deporte, pues su personalidad hizo que fuera conocido en toda Europa.

Este martes, 8 de agosto, ha fallecido en Valladolid a los 95 años. Allí ha pasado los últimos años de su vida, recuperándose de una osteoporosis. Se mudó a la capital castellana, abandonando su querida Toledo, durante la pandemia para ser cuidado por su hija Victoria.

El ciclista nació el verano de 1928 en un pequeño pueblo de la provincia de Toledo. Durante el primer invierno de su vida, la familia se mudó a la capital manchega, de ahí el origen de su apodo. Era hijo de Victoria Bahamontes San Cristóbal y Julián Martín Losada, caminero de RENFE en el momento del nacimiento y guardés durante la infancia de su hijo. Federico era el mayor de 4 hermanos y el único varón de los pequeños.

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Durante la Guerra Civil Española, la familia se trasladó a Madrid, aunque cuando finalizó pudo regresar a su casa. En Toledo, Federico empezó a trabajar, primero como carpintero y luego en un taller de bicicletas. Para ganar un sobresueldo y ayudar en casa, recorría en bici largos caminos como comerciante, así descubrió su verdadera vocación.

Su historia de amor con Fermina Aguilar Sánchez

En esta ciudad también conoció al gran amor de su vida, su mujer, Fermina Aguilar Sánchez. Se casaron el 3 de noviembre de 1956 en la catedral de Toledo. Su matrimonio duró más de seis décadas, hasta la muerte de ella, el 12 de agosto de 2018, a los 90 años.

Fermina fue el apoyo incondicional de Federico durante toda su vida. De hecho, fue de las primeras mujeres de deportistas en darse a conocer públicamente. El Tour de Francia siempre era especial para ellos, no porque fuera el primer español en ganarlo, sino porque intentaba dedicarle la victoria de sus carreras, especialmente el 7 de julio.

Incluso cuando la comunicación era complicada, Bahamontes encontraba la manera de informar a su mujer de sus resultados. Según indica 'El Periódico', el ciclista buscó a la desesperada un teléfono para poner una conferencia y hablar con Fermina, pues quería que se enterara por su propia voz de que había ganado la cronescalada al Puy de Dôme de 1959. El día de la victoria del Tour de Francia ella estaba presente, por lo que su abrazo fue algo muy comentado durante la época.

A su retirada del mundo deportivo, ambos regentaron una tienda de bicicletas, La Casa Bahamontes, en Toledo, su lugar de residencia. Fermina atendía en el mostrador mientras que Federico se encargaba del taller. Tras 45 años al servicio de los toledanos, el matrimonio cerró su negocio en 2004. La pareja no tuvo hijos, por lo que este fue siempre su gran proyecto en común.

Sin embargo, Bahamontes tuvo dos hijas fuera del matrimonio. Unas gemelas a las que reconoció y que su mujer terminó aceptando, aunque nunca fue algo de su agrado, según indica el medio anteriormente mencionado. Con una de ellas ha pasado sus últimos años, aunque han mantenido siempre sus vidas alejadas de la prensa.

En su etapa en activo, mantuvo una fuerte rivalidad con Jesús Logroño, algo que dividió durante años a los aficionados del ciclismo y traspasó el ámbito deportivo. Sus discusiones y enfrentamientos hoy serían virales.

Federico Martín Bahamontes pasará a la historia no solo por su palmarés, sino por ser un rebelde que rompió estereotipos y traspasó fronteras. Hoy el mundo del deporte llora su muerte, pues con él se va la última leyenda viva de aquellos años de gloria del ciclismo.