Juan Carlos I culmina su discreta hoja de ruta y abre la vía a un nuevo viaje a España

Ha salido todo bajo pronóstico: un 'plan perfecto' que don Juan Carlos I ha ejecutado al detalle. El Rey expatriado ha viajado a España por segunda vez desde que se fue a vivir a Abu Dabi y en vez del ‘show’ que se organizó a su alrededor hace un año, esta vez ha sido una visita de tan bajo perfil que hasta los periodistas que se desplazaron hasta Galicia se han aburrido de él.

Y eso era precisamente lo que quería (y seguramente lo que también querían tanto su hijo como Zarzuela): dejar de ser noticia. Desde que llegó a España, a Sanxenxo en concreto. Su segunda visita debía ser muy discreta para poder repetir los viajes con frecuencia. Fue la premisa que le había trasladado su hijo, el rey Felipe VI, cuando se encontraron en el palacio de la Zarzuela hace casi un año.

Fue en una reunión tensa, larga y compleja. Porque don Juan Carlos había llegado de Sanxenxo a Madrid con un espejismo en la cabeza. Se pensó que la bienvenida, los vítores y los ‘viva el Rey’ que le lanzaron en la visita gallega se podían trasladar al resto del país. Y fue su hijo quien le hizo ver que no era así, que la realidad era mucho más complicada y que si quería volver a España debía cambiar su actitud.

Amigos y familiares

Lo entendió, según informan desde el entorno más inmediato de la familia, y decidió aplazar un nuevo viaje hasta que las circunstancias fueran más favorables. “Hasta que le dejen”, declaraban las mismas fuentes a Vanitatis. Cuando aquí hablamos de entorno, nos referimos a amigos y familiares de ambos, personas que mantienen contacto directo y fluido tanto con el rey Juan Carlos como con las infantas Elena y Cristina.

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Á. Mora

También el viento ha soplado a favor de ese plan de perfil bajo, porque casi no ha podido entrenarse, así que su presencia en el Club Náutico de la localidad gallega ha sido mucho menos intensa de lo que se preveía. Eso no quiere decir que haya resultado el 'ganador' en este viaje. Tal y como publicaba Vanitatis hace unos días, Zarzuela parece haber favorecido ese perfil bajo que, indirectamente, ha acabado beneficiando a Felipe VI.

La intención del emérito no era participar en las regatas, sino probarse a sí mismo. Se siente en forma, fuerte y con buen ánimo, según las mismas fuentes, y su paso por aguas gallegas debía servirle para prepararse para el campeonato del mundo de vela 6m que tendrá lugar a finales de agosto y principios de septiembre en la isla de Wight. El Bribón está apuntado y el exmonarca ya está reclutando a su equipo.

Para mantenerse en esa forma de la que se siente satisfecho, aprovechó su visita a España para visitar a dos médicos de su confianza. No se ha saltado la cita con el traumatólogo y el dentista, porque la salud es una de las principales cuestiones que preocupan a Juan Carlos I. Por eso estuvo en Vitoria ingresado dos noches en la clínica de su amigo Eduardo Anitua, odontoestomatólogo.

La salud, lo primero

Un ingreso que sirvió también para tratarse con plasma y células madre, tanto la cadera como las rodillas, de la mano de otro de sus médicos, también amigo íntimo, Mikel Sánchez. La vida de Juan Carlos en Abu Dabi es muy tranquila y está rodeada de medidas tanto de seguridad como sanitarias, pero él siempre ha confiado en los suyos y en este caso han sido estos dos médicos de Vitoria.

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Que en lugar de volver a Abu Dabi, como todos esperaban, se fuera a Vitoria a visitar a dos grandes amigos con quienes ha compartido mesa y mantel en incontables ocasiones despertó los recelos de parte de la sociedad. La clínica en la que ha pernoctado no está demasiado lejos de Ciudad Jardín, la zona en la que vive su exyerno, mejor dicho, su todavía yerno, Iñaki Urdangarin.

Pese a que fueron varias las alarmas que se dieron (sobre todo por parte de la prensa local a la que consultamos desde Vanitatis) de que podrían verse, desde este medio no tenemos constancia alguna de que exista un encuentro entre ambos. Tampoco, como apuntaron algunas personas que seguían vía digital el vuelo de don Juan Carlos una vez despegó de Vitoria, que fuera a Ginebra. El destino final del vuelo que tomó el padre de Felipe VI este martes a mediodía era, si no hubo cambios de última hora, a Abu Dabi.

El papel de don Juan Carlos

Lo que sí sabemos en Vanitatis es que, desde el principio de la separación de la infanta Cristina y Urdangarin, el Rey emérito se ha implicado directamente en el proceso para ayudar a su hija tanto en términos emocionales como en términos económicos. Al principio, estuvo más pendiente de su estado de ánimo: no olvidemos que el primer viaje que realizó doña Cristina una vez se publicaron las fotografías de su marido con otra mujer fue a Abu Dabi.

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Una vez superado el duelo, ha sido todo lo relacionado con el papeleo del divorcio donde don Juan Carlos ha sabido ayudarla mejor que nadie. El divorcio está ya cerca, según nos informan, y ha sido gracias al que fuera Rey de España que los términos y el acuerdo han llegado a buen puerto.