El rey Juan Carlos, en Vitoria: noche en la clínica y planes en una bodega alavesa

El viaje a España del Rey emérito tenía como fin participar en las regatas de Sanxenxo que se celebraban el fin de semana en la categoría seis metros. La agenda de su estancia no era pública y todo estaba regulado por el perfil bajo. Nada de baños de multitudes ni encuentros a pie de calle con la prensa ni con los ciudadanos. Era la orden que llegó desde el Palacio de la Zarzuela y por extensión del propio Gobierno. Al alcalde de Sanxenxo, Telmo Martín, tampoco le interesaba hacer demasiado ruido y se mantuvo al margen. La llegada de Mariano Rajoy para apoyar su candidatura en las próximas elecciones era suficiente. Así estaba prevista la agenda y así se mantuvo.

El monarca se desplazaba con Pedro Campos hasta el pantalán sin parar y sin pasar por el club náutico. Tampoco se sabía cuándo regresaría de nuevo a Abu Dabi. Sí se rumoreó que podría permanecer en la localidad gallega aunque ya no hubiera regatas. El mutismo era la seña de identidad hasta que el diario 'El Mundo' publicó su próximo destino, que pasaba por una parada en Vitoria. Nada se sabía de las razones de esta decisión hasta que se descubrió que el motivo era visitar al odontólogo Eduardo Anitua y al traumatólogo Mikel Sánchez. Los dos han recibido reconocimientos en todo el mundo y premios por sus aportaciones a la medicina.

Anitua es odontoestomatólogo y una eminencia en el campo de la implantología y la aplicación del plasma en factores de crecimiento. Hace años trajo la patente a España y comenzó a utilizarla en su clínica de Vitoria. El doctor está casado y tiene cuatro hijas, que eligieron la medicina como profesión. La relación con el monarca y con la familia real en general viene de lejos. De hecho, trata los problemas dentales de la Princesa de Asturias.

Además de los temas médicos, también comparten mismos gustos en cuestión de ocio. Los Anitua tienen casa en Baqueira y durante un tiempo veranearon en Palma y se alojaban en el hotel Formentera. Más de una vez han compartido cena en el restaurante Flanigan.

Con el tiempo, la familia cambió Baleares por Cantabria. Todos los que conocen al doctor lo definen como una eminencia, de una discreción absoluta y con nulas ganas de figurar. De ahí que sea extraño que agasaje al paciente real en alguno de los restaurantes más conocidos de Vitoria. Aseguran los que lo conocen que “Eduardo tiene alergia a la vida social y es difícil verle a él y a su mujer en actos que no tengan que ver con su profesión”.

El avión privado en el que viaja el rey Juan Carlos aterrizó en el aeropuerto Foronda de Vitoria a las siete de la tarde. Directamente se desplazó a la clínica de los doctores, donde se alojó. Según confirman a Vanitatis, hay una serie de habitaciones que se utilizan para pacientes ilustres o que prefieren mantener la discreción más absoluta. O como en el caso de personajes como Emilio Aragón, eligen la comodidad que supone no tener que desplazarse desde el hotel.

Esta misma mañana, don Juan Carlos se ha sometido a los chequeos rutinarios, que se prevé que duren todo el día. Según informaciones publicadas, después el ex jefe del Estado podría visitar en la Rioja Alavesa la bodega de Rothschild & Vega Sicilia, de sus amigos Ariane de Rothschild y Pablo Álvarez. En 2017, el Rey honorífico inauguró esta bodega acompañado de la infanta Elena.