Un 'naked dress' y Máxima hablando francés: su último encuentro con Brigitte Macron

Continúa el duelo estilístico en los Países Bajos. En el día de ayer, el presidente francés, Emmanuel Macron, acompañado por su esposa y siete de sus ministros, aterrizaba en Ámsterdam con motivo de una visita oficial centrada en la unidad de Europa, la energía y la industria de la innovación. Por ello, tal y como marca la tradición, los máximos representantes del país casi vecino, los reyes Guillermo y Máxima de Holanda, les daban la bienvenida a su nación, convirtiéndose así en sus anfitriones y guías. Sin embargo, las labores institucionales parecían quedar a un lado cuando dos de las mujeres más influyentes del continente, también en el universo de las tendencias, decidían sacar acto tras acto sus mejores galas y ocupar titulares también a través de sus looks.

Los armarios de la reina de los Países Bajos y Brigitte Macron son completamente antagónicos y así lo demostraron la pasada noche del martes durante la cena de gala acontecida en el Palacio Real de Ámsterdam. A pesar de ello, ambas tienen dos características en común: el poder de la elegancia y la sofisticación. Las prendas clásicas de cortes rectos y ligera sobriedad son sus mejores aliadas. De nuevo lo hemos podido comprobar en su último encuentro, acontecido hace escasas horas en la capital de la nación de los tulipanes.

Las esposas de Guillermo de Holanda y Emmanuel Macron se reunían para continuar con sus compromisos profesionales y cumplir con las visitas pactadas a las instalaciones de Dynamo y la casa de Ana Frank. De esta manera, las dos mujeres recordaban a los ciudadanos su alto nivel de compromiso social y su apoyo incondicional a la cultura e historia europea. Un hecho para nada reñido con lucir unos outfits con impolutos elementos de sastrería, elaborados en colores vivos.

A su llegada a las puertas de la asociación de ayuda mutua entre vecinos, que pone a disposición de los residentes de Ámsterdam equipos para resolver sus dudas sobre cuestiones de salud, dinero, vivienda, trabajo o seguridad, Máxima de Holanda posaba con un arriesgado vestido midi efecto ‘naked dress’ de la firma Natan. La pieza roja de cuello redondo y falda de ligero vuelo cuenta con un bordado degradé en tul color piel y está inspirado en la alta costura de los años 50. Esta fue completada por un abrigo de paño largo a conjunto, unos salones con detalles semitransparentes y un clutch de la misma tonalidad.

Por otro lado, Brigitte Macron ejemplificaba la efectividad del minimalismo mediante un clásico traje sastre azul Klein de líneas rectas conformado por una blazer decorada por bolsillos en su delantero y unos pantalones de pinzas de silueta recta. El dos piezas ha sido acompañado por una camisa blanca con botonadura dorada y unos stilettos negros en contraste a juego con un clutch acolchado de la firma Chanel.

Más allá de los comentados looks, la velada se ha visto protagonizada por un detalle que ha dejado perplejo a todos los allí presentes. Tal y como hemos podido apreciar en un vídeo recogido por ‘Point de Vue’, Máxima de Holanda ha podido explicar a su acompañante sus labores en un francés casi perfecto. Los medios teníamos constancia de su dominio del español, el neerlandés, el italiano y el inglés, pero hasta hoy mismo desconocíamos su completo dominio de otra de las lenguas románicas. Por ello, es valorada como una de las reinas más preparadas del planeta.

Por último, no podemos dejar pasar por alto una casualidad de lo menos fortuita. La reina de los Países Bajos y la mujer del presidente de la República francesa se han mantenido fieles al rojo y al azul, en este orden, en todos los actos públicos a los que han acudido en las últimas 24 horas. ¿Guardarán estos colores algún tipo de significado? Ambos forman parte de las banderas de sus respectivos países.