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De criminal a panadero: buscar la paz tras salir de la mara

La vida de pandillero en El Salvador es dura y está llena de peligros, pero para una docena de exmiembros de la mara Barrio 18 lograr una

Antiguos miembros de las pandillas, y que ahora participan en el programa Huellas de Esperanza, trabajan en la panadería en la iglesia de Eben Ezer, en el barrio de Dina, San Salvador. (Reuters)

Antiguos miembros de las pandillas, y que ahora participan en el programa Huellas de Esperanza, trabajan en la panadería en la iglesia de Eben Ezer, en el barrio de Dina, San Salvador. (Reuters)

Julio Marroquín, miembro del proyecto Huellas de Esperanza, durante un servicio religioso en la iglesia de Eben-Ezer, en el barrio de Dina, San Salvador. (Reuters)

Raul Valladares, que participa en el proyecto Huellas de Esperanza, muestra las secuelas de un tratamiento para borrar los tatuajes en la iglesia de Eben Ezer, en San Salvador. (Reuters)

Raul Valladares habla con su hijo en su hogar en el barrio de Dina, en San Salvador. (Reuters)

Participantes en el proyecto Huellas de Esperanza durante el velatorio de un antiguo compañero de la mara, en Colón, El Salvador. (Reuters)

Un participante en el proyecto Huellas de Esperanza baila mientras escucha música cristiana en la iglesia de Eben Ezer, en el barrio de Dina, San Salvador. (Reuters)

Roberto Renderos se arregla para una ceremonia de graduación en la iglesia de Eben Ezer, en San Salvador. (Reuters)

Participantes en el proyecto Huellas de Esperanza durante el velatorio de un antiguo compañero de la mara, en Colón, El Salvador. (Reuters)

Raul Valladares arregla una pistola de juguete en su casa del barrio de Dina, en San Salvador. (Reuters)

Participantes en el proyecto Huellas de Esperanza para expandilleros almuerzan en la iglesia de Eben Ezer, San Salvador. (Reuters)

 

La vida de pandillero en El Salvador es dura y está llena de peligros, pero para una docena de exmiembros de la mara Barrio 18 lograr una nueva vida tras dejar la banda no resulta más sencillo.   

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