Vuelven las balas perdidas a Río de Janeiro
El martes pasado falleció una niña de 10 años por una bala perdida durante un enfrentamiento entre agentes de la policía y narcotraficantes en la favela de
Mujeres llorando durante el funeral de Vanessa dos Santos, la niña de 10 años que falleció el martes como consecuencia de un tiroteo entre policías y narcotraficantes en la favela de Lins, Río de Janeiro. (Reuters)
Un grupo de niños de la favela de Lins ldurante el entierro de Vanessa dos Santos, la última víctima mortal de los tiroteos continuos entre policías y narcotraficantes. (Reuters)
Una mujer se despide de Vanessa dos Santos, la menor que falleció el pasado martes por una bala perdida durante una operación policial. (Reuters)
El fallecimiento de la menor se suma a otras 70 víctimas mortales desde enero por balas perdidas en las favelas de Río de Janeiro. (Reuters)
Despedida a Vanessa dos Santos, la víctima más reciente de las favelas de Río de Janeiro por balas perdidas. (Reuters)
Cartuchos vacíos depositados por los residentes de la favela de Mangueira frente a la casa de Marlene Maria da Conceiçao, que falleció junto a su hija durante una reciente operación policial contra el narcotráfico. (Reuters)
Policías de Río de Janeiro durante una operación contra un grupo de narcotraficantes en la favela de Pavao Pavaozinho. (Reuters)
Entierro de Marlene Conceiçao, 76, y Ana Cristina da Conceiçao, 42, que fallecieron recientemente durante un tiroteo entre policías y narcotraficantes en la favela de Mangueira, Río de Janeiro. (Reuters)
Dos residentes de la favela de Penha (Río de Janeiro) durante una redada policial contra narcotraficantes. (Reuters)
El martes pasado falleció una niña de 10 años por una bala perdida durante un enfrentamiento entre agentes de la policía y narcotraficantes en la favela de Lins (Río de Janeiro). Vanessa dos Santos regresaba a casa cuando recibió un tiro en la cabeza durante una redada policial contra un grupo de narcotraficantes. Fue conducida inmediatamente al hospital, donde falleció. Desde principios de año, ha habido más de 70 víctimas mortales por balas perdidas en las favelas de Río de Janeiro.
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