La eterna división de Chipre
Las negociaciones para la resolución del conflicto de Chipre han vuelto a ser retomadas, y los avances, aunque a paso de tortuga, son firmes. Pero mientras
Una mujer pasa frente a un mural con el mapa de Chipre, en Nicosia, el 22 de febrero de 2017 (Reuters)
Una bandera turcochipriota medio borrada por la intemperie en un muro de Nicosia (Reuters)
Un hombre pasa delante de una barricada en la zona de separación establecida por la ONU en Nicosia (Reuters)
"Tumbad el muro", se lee en una de las barricadas en la zona de separación en Nicosia (Reuters)
Un signo de la paz cuelga de la alambrada de separación en Nicosia (Reuters)
Un grupo de hombres juega a las cartas junto a una de las barricadas de la zona de separación en Nicosia (Reuters)
Durante varias décadas, los gatos fueron casi los únicos que podían pasar a uno y otro lado de la capital dividida (Reuters)
Dos mujeres frente a una de las puertas de la zona de separación de la ONU en Nicosia (Reuters)
Para los Cascos Azules, la de Chipre es la misión de mantenimiento de la paz de mayor duración de toda su historia. Esta torre de vigilancia abandonada es una prueba de ello (Reuters)
Un soldado de la ONU guía a la prensa durante una visita a un edificio abandonado en Nicosia (Reuters)
Un soldado de la ONU cruza la zona de separación en Nicosia (Reuters)
Un hombre camina por el lado turcochipriota de Nicosia bordeando la valla de separación, que es un elemento cotidiano desde hace décadas (Reuters)
Una mujer bordea la valla de separación (Reuters)
Un hombre cruza la puerta de Paphos en Nicosia (Reuters)
A pesar del conflicto, la vida en Chipre es apacible. Dos hombres conversan en la calle Ledras, cerca del paso principal entre ambas mitades de Nicosia (Reuters)
Un hombre toma café junto a una barricada de la zona de separación de la ONU (Reuters)
Las negociaciones para la resolución del conflicto de Chipre han vuelto a ser retomadas, y los avances, aunque a paso de tortuga, son firmes. Pero mientras tanto, la isla permanece dividida desde hace más de cuatro décadas, y los chipriotas se han acostumbrado a esa separación, integrada en el paisaje cotidiano.
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