Una gesta histórica. Uno de los capítulos más emocionantes de la historia del deporte. El modesto Leicester City consumaba la hazaña tras el empate del Tottenham, perseguidor de los 'foxes' en la tabla clasificatoria, consiguiendo la primera Premier League de su historia. Un equipo diseñado para mantener la categoría que de la mano de Claudio Ranieri fue creciendo hasta el infinito, alcanzando finalmente la cota más alta de su centenaria historia. La población de Leicester se echó a la calle y durante una interminable noche disfrutó de un momento único e irrepetible. La casa de Jamie Vardy, jugador del año para la prensa británica, se convirtió en el epicentro de la fiesta; en su domicilio se reunió el equipo para presenciar el partido que finalmente le dio el título al Leicester City. Un buen número de aficionados se citó a las puertas de la casa del atacante para vivir unos tensos e intensos minutos que acabaron en fiesta. La juerga se recordará por años... Claudio Ranieri, el jefe de la tropa, se enteró de todo cuando aterrizó en Leicester, pues había pasado el día en Italia para visitar a su madre, de 96 años de edad. Lo primero que hizo fue llamar a Guus Hiddink, técnico del Chelsea, para darle las gracias por ese empate que le daba el título al Leicester. “Me dio las gracias unas cuantas veces y le felicité por el título. No sé si lloraba porque no podía verle, pero su voz estaba temblorosa. Su emoción iba en aumento a medida que íbamos hablando”, desveló el holandés. Normal, el veterano entrenador italiano ha sido uno de los grandes responsables de una gesta sin precedentes.