En agosto de 1899 nacía el que sería el director de películas de suspense más grande del mundo. Alfred Hitchcock acumuló 54 largometrajes a lo largo de su fructífera y extensa carrera, muchos de ellos considerados obras magistrales. Aunque se ganó ser bautizado como el ‘maestro del suspense’, sus cámaras también recogieron comedias románticas, biopics o dramas. Ninguna le valió el Oscar a Mejor Director, pero las novedosas técnicas que incorporó a sus películas lo convirtieron en un nombre irremplazable en la historia del cine.

Hitchcock firmó clásicos imprescindibles como ‘Vértigo’, ‘La ventana indiscreta’, ‘Psicosis’ o ‘Los pájaros’ con historias imborrables y personajes que han permanecido en la memoria colectiva. El cineasta jugaba al despiste con su público, mostró la crueldad como un instinto de supervivencia e inauguró el cameo o el inesperado asesinato de la actriz protagonista.

Tanto el director como su cine se han convertido en iconos pop en la actualidad. Su imagen y su obra se fusionaron para conseguir el éxito comercial. “Un buen drama es como la vida, pero sin las partes aburridas”, diría en su momento. La sombra de Hitchcock se alarga hasta nuestros días y su vigencia permanece inmutable: su legado no envejece.